La UE acusa al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de utilizar a los migrantes como arma en su enfrentamiento con Bruselas y como venganza por el apoyo a la oposición bielorrusa en el exilio. Por eso, ha ofrecido su ayuda a Polonia y como primera medida frente a Minsk ha eliminado la exención de visados para los funcionarios gubernamentales.