Como saben, cada vez son más las empresas que, además de su labor profesional, llevan a cabo otras muchas actividades para intentar hacer de la sociedad un lugar mejor, así como para ayudar a personas desfavorecidas. Estas acciones se enmarcan dentro de lo que se conoce como Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y también reportan beneficios para las empresas que las practican porque mejoran su percepción por parte del público y aportan un valor añadido a su marca. Iniciativas que pueden ser de muchos tipos y en las que a menudo cuentan con la ayuda de las ONGs. En esta ocasión, nos centraremos, sobre todo, en la inserción laboral de personas en situación o en riesgo de exclusión social. Realizar esta actividad socialmente responsable no es una tarea fácil y mucho menos tal y como está ahora el mercado laboral en nuestro país. Es cierto que poco a poco va mejorando, pues cada mes suele bajar la cifra de desempleados y crecer, tanto el número de afiliados a la Seguridad Social como el de contratos. Pero la tasa de paro, según la última EPA, es aún demasiado elevada, pues está en el 23,7%. Por eso si encontrar un trabajo cuesta, la dificultad es todavía mayor en el caso de personas que estén en riesgo de exclusión social.

Precisamente a estas personas y a esta difícil, pero gratificante labor se dedica Roba Amiga. Al traducir este nombre del catalán al español, uno descubre el centro de su trabajo: la ropa. En concreto, se encargan de la recogida de ropa usada, ropa de hogar, zapatos y otros residuos textiles, que seleccionan y después revalorizan a través de la reutilización y el reciclaje, mediante un modelo de negocio eficiente que además fomenta la inserción laboral. La historia de Roba Amiga comenzó con un proyecto en 2001 que pusieron en marcha la fundación Un Sol Món de Caixa Catalunya (hoy desaparecida e integrada desde 2008 en la Fundació Caixa Catalunya), entidades sociales dedicadas a la gestión de ropa usada y Cáritas Cataluña. Todo ello, con un único objetivo: poder ofrecer un trabajo a las personas en situación de exclusión social.

Si encontrar un trabajo cuesta, la dificultad es todavía mayor para las personas que están en riesgo de exclusión social, de ahí la destacada y positiva labor que lleva a cabo Roba Amiga

La fundación Un Sol Món puso dinero para poder comprar contenedores de recogida de ropa, vehículos, etc. Pero pronto fue necesario aumentar la actividad y mejorar la situación de las organizaciones involucradas. Por ello, en 2006 dieron un paso adelante y crearon la Cooperativa Roba Amiga, dedicada a mejorar la gestión y el reciclaje de ropa usada y a fomentar la inserción laboral. Al principio contaban con pocos recursos y pocos profesionales, pero a día de hoy operan en toda Cataluña, "la actividad está mucho más avanzada y son más eficientes", según cuenta a Hispanidad el gerente de Roba Amiga, Chema Elvira. Actualmente, la Cooperativa está formada por las empresas de inserción Formació i Treball, Solidança, ADAD-L'Encant, Troballes y Recibaix. Sin embargo, la tarea no se detiene, se van logrando cosas y hoy ya cuentan con tres plantas para gestionar los residuos textiles, enclavadas en las provincias de Lérida, Gerona y Barcelona. La más destacada es la planta situada en el municipio de Sant Esteve Sesrovires, a 40 kilómetros de Barcelona, que se inauguró a principios de 2013 y es "la más importante del sur de Europa", afirma Chema Elvira. Tiene una superficie de 6.000 metros cuadrados, da trabajo a 56 personas y procesa  4.500 toneladas de ropa usada al año, pero las previsiones son alentadoras: alcanzar las 15.000 toneladas anuales en 2017 y ampliar la plantilla hasta 150 empleados. Esta avanzada planta de reciclaje es vital porque "el 25-30% de la ropa usada recogida no es reutilizable, pero sí potencialmente reciclable", explica el gerente de Roba Amiga. Una fracción con la que hacen hilo, borra o paneles aislantes, entre otras cosas. Así, al vertedero sólo se destina "el 8%, nada más". Su gestión corre a cargo de Roba Amiga, Empresa de Inserción (E.I.), la cual fue constituida en marzo de 2012 por tres entidades sociales especializadas en la recogida y el tratamiento de ropa: la Fundación Formació i Treball, la Coordinadora contra la Marginació de Cornellà y la Cooperativa Roba Amiga. Precisamente la primera de las tres entidades citadas, a la que pertenece Chema Elvira, "se creó hace 22 años" y fue promovida por Cáritas Diocesana de Barcelona. Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a la formación e inserción de personas con dificultades personales y sociolaborales para incorporarse al mercado de trabajo. Por esta razón, la Cooperativa Roba Amiga y la empresa de inserción del mismo nombre tienen una estrecha relación con Cáritas Cataluña.

Se encarga de la recogida de ropa, su reutilización y su reciclaje para fomentar la inserción laboral. Además una de sus tres plantas, la de Sant Esteves de Sesroviras es la más importante del sur de Europa: procesa 4.500 toneladas de ropa usada al año

Pero no Roba Amiga no sólo cuenta con la ayuda de entidades sin ánimo de lucro, sino también con el de algunas empresas del sector textil, como Inditex. Con la cual se firmó un convenio en septiembre 2012 por tres años que terminó en 2014, pero "su comisión de seguimiento está estudiando uno nuevo". Este convenio supuso una aportación de 450.000 euros por parte de la compañía y que algunas de sus cadenas hicieran donaciones de restos de stocks o prendas con alguna tara. En 2014, Inditex donó 200.000 kilogramos (kg.) de ropa, complementos y zapatos. ¿Cómo es el proceso que realiza Roba Amiga? Todo comienza en los vehículos que se encargan de la recogida de la ropa, la cual se encuentra en cerca de 1.600 contenedores metálicos de color naranja distribuidos por toda Cataluña o bien en otros de cartón colocados en mercados, empresas, centros cívicos, escuelas, parroquias, etc. Tras la recogida, se vacía la carga en las plantas y a través de una aplicación informática se selecciona por calidades y destinos. Una parte va a las tiendas de Roba Amiga y a las de otras ONG, como las de Intermón Oxfam; otra se exporta a África, con el fin de crear puestos de trabajo y fortalecer economías locales, aunque también se hacen algunas donaciones y se colabora con Intermón Oxfam y la Fundación Enda; otra se usa para producir trapo para la industria y otra se recicla para elaborar hilo y borras. Para ilustrar mejor la gran labor de Roba Amiga basta echar un vistazo a algunas de sus cifras correspondientes a 2014. En total, seleccionaron "unos dos millones de kg. de ropa", señala Chema Elvira. De estos, 140.000 kg. se destinaron a las tiendas; 1.100.000 kg. a África; 550.000 kg. a reciclaje y 150.000 kg. "de rechazo fueron a parar a una planta de generación de energía eléctrica", añade.

Pasemos al lado más importante de Roba Amiga: el humano. Como ya se ha comentado su objetivo principal es la inserción laboral. Apostamos por la "creación de puestos de trabajo, afiliados al Régimen General y cobrando un salario", relata Chema Elvira. En total, esta organización tiene 190 beneficiarios en Cataluña, de los cuales el 60% son personas en riesgo de exclusión social y el resto, "garantizan la profesionalidad de todos los procesos que se realizan". Por ejemplo, en cada una de las 19 tiendas que tiene Roba Amiga "hay una encargada profesional y una o dos personas en riesgo de exclusión" que trabajan como dependientes. De esta manera, sólo "las tiendas benefician a unas 40 personas aproximadamente". Chema Elvira explica que lo primero es acoger a las personas que acuden en busca de ayuda, después se diseña un itinerario individual para facilitar su posterior inserción en el mercado laboral ordinario. Por ello, se puede empezar con un proceso de formación o bien con un proceso de aprendizaje en el propio puesto de trabajo, que se acompaña de "una formación complementaria relacionada con el proceso (logística, dependiente, limpieza, mozo de almacén, conducción de carretillas eléctricas, etc.)". Decathlon, Ikea y Bauhaus son algunas de las empresas que han colaborado en la contratación de personal formado en Roba Amiga, concretamente en perfiles de ventas y mozos de almacén.

En 2014, seleccionaron "unos dos millones de kg. de ropa, señala Chema Elvira. Tienen 190 beneficiarios en Cataluña y exportan ropa a África. Además cuentan con el apoyo, entre otros, de empresas como Inditex

El gerente de esta organización afirma que el trabajo y el objeto social al que se dedica la empresa son "apasionantes", al igual que el reto de ofrecer oportunidades laborales y pagar salarios a personas con dificultades que si no contaran con esta ayuda, no serían contratadas en las empresas ordinarias. "Tienen mucha necesidad de una oportunidad laboral, puede ser la primera o que tras un proceso busquen una nueva". Chema Elvira destaca que los beneficiarios de Roba Amiga se muestran agradecidos y "un porcentaje alto acaba normalizando su situación y con un trabajo en el mercado laboral ordinario". Una tarea que realizan sin perder de vista que "somos una empresa", por lo que deben estar "produciendo, ofreciendo servicios y pagando todos nuestros gastos". No se puede olvidar que la mayor parte de las subvenciones han desaparecido desde la crisis, por lo que realizar su labor supone, además de un reto social y medioambiental, un reto económico, "el cual queda compensado con el día a día y los resultados conseguidos". Por ello, es muy importante destacar la colaboración que reciben por parte de diversas entidades sociales, ONGs y empresas como Inditex. Así, como las compañías que apuestan por integrar en sus plantillas a personas formadas por Roba Amiga. Un ejemplo que se debe imitar y poner de modelo que ayuda a hacer de nuestra sociedad un lugar mejor. Cristina Martín cristina@hispanidad.com