En 1900 el cirujano y radiólogo alemán Paul Hermann Martin Südeck (1866-1945) publicó un artículo describiendo detalladamente la enfermedad que él llamo “atrofia ósea difusa post-traumática”, un trastorno del sistema nervioso que provoca dolor extremo y crónico en brazos, piernas, manos o pies.

En el artículo detallaba las anomalías que encontraba en las radiografías de pacientes con dolor constante en las extremidades después de una lesión, fractura o intervención quirúrgica en las extremidades y observó que en la mayoría de los casos también sufrían hinchazón en las articulaciones, cambios de coloración de la piel, sudoración excesiva y debilidad muscular.

La enfermedad de Südeck también conocida como Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) o Distrofia Simpática Refleja (DSR) es una patología crónica, muy dolorosa, de origen desconocido que afecta a los huesos, los músculos, los tendones, los ligamentos y las articulaciones de brazos y piernas.  Además de dolor, esta enfermedad provoca rigidez en las articulaciones, lo que disminuye el movimiento; hinchazón como consecuencia de la acumulación de líquido en los tejidos; entumecimiento de las extremidades, enrojecimiento y aumento de temperatura cutánea además de hipersensibilidad y descamación de la piel.

A pesar de no conocer las causas que la originan, esta enfermedad puede darse a cualquier edad, pero suele ser más frecuente en mujeres entre 40 y 60 años

A pesar de no conocer las causas que originan esta enfermedad, puede darse a cualquier edad, pero suele ser más frecuente en mujeres entre 40 y 60 años, sin embargo, cada vez se diagnostica más entre los jóvenes.

Después de un accidente, una lesión o una cirugía en las extremidades, es normal tener dolor, pero si el dolor se prolonga demasiado, más de una semana, diez días, o si la zona está híper-sensibilizada a cualquier roce o postura, es conveniente acudir al especialista, pues es posible que estemos ante una enfermedad de Südeck.

Después de diez años de investigación de esta enfermedad, el doctor Francisco Piñal, jefe de Servicio de Cirugía de Mano y Muñeca del Hospital Universitario La Luz, no lo considera una patología por sí misma, sino que esconde un origen no identificado de problemas reales que sufre el paciente que, en la mayoría de los casos, surgen después de una intervención quirúrgica, una fractura o un proceso infeccioso, entre otros problemas.

El doctor Piñal y su Unidad Quirúrgica han conseguido que decenas de pacientes hayan superado el diagnóstico de Distrofia Simpática Refleja gracias a que han vuelto a evaluar cada caso y, a veces, tras una cirugía, han podido localizar y abordar el origen del problema que no se había detectado.  “He atendido a numerosos pacientes etiquetados como enfermos de distrofia simpática refleja o enfermedad de Südeck y hemos sido capaces de hallar y tratar su verdadera patología. Puede haber otras razones mecánicas que expliquen el dolor, como la irritación de un nervio, que hay que localizar. Estaban enmascarando casos de artritis reumatoide, fracturas de metacarpiano, malas uniones después de una fractura de radio o prótesis mal colocadas, sin olvidar que algunos de estos casos pueden tratarse como neuroestenalgias, es decir, dolor excesivo del nervio, y cuadros de compresión dinámica del nervio mediano”, explica el doctor Piñal.

“Son pacientes que tienen una vida esclavizada por la enfermedad, poli-medicamentados con opiáceos y psicótropos, pero que tienen una salida si se diagnostica la enfermedad desde su origen

Este avance conseguido en la solución de la enfermedad de Südeck por el doctor Piñal y su equipo ha sido publicado por la Sociedad Americana de la Mano.

El especialista lleva más de 200 casos que demuestran que, si se establece en cada paciente la patología real que provoca los síntomas de la Distrofia Simpática Refleja, y poniendo el tratamiento adecuado, se logra la curación de esta enfermedad que se suponía incurable. “Son pacientes que tienen una vida esclavizada por la enfermedad, poli-medicamentados con opiáceos y psicótropos, pero que tienen una salida si se diagnostica la enfermedad desde su origen” añade el doctor Piñal.

El caso de Camelia, una paciente de 46 años, operada de síndrome de túnel carpiano hacía ocho meses, describe que no conseguía cerrar la mano y sufría un dolor intenso, “tenía las manos hinchadas y los médicos me mandaban medicinas para la cabeza, fármacos analgésicos y neuromoduladores para reducir el dolor, algunos utilizados para la epilepsia y en cuadros psiquiátricos” explica la paciente.

El doctor Francisco Piñal, identificó el origen de la patología y comprobó que se trataba de una compresión secundaria dinámica del nervio mediano que no se detectó a priori, “si corriges el daño en el nervio afecto, el paciente se cura. Mediante un procedimiento mínimamente invasivo se restaura la funcionalidad de la mano y se elimina el dolor” puntualiza el especialista. Conseguir que el paciente abandone una medicación que no necesitaba y que, en muchas ocasiones le ha creado adicción, es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los especialistas en Distrofia Simpática Refleja.

Además de dolor, esta enfermedad provoca rigidez en las articulaciones, lo que disminuye el movimiento

La enfermedad de Südeck provoca una serie de síntomas que pueden ser muy limitantes como consecuencia del dolor ardiente, la rigidez articular, la hinchazón y la sensibilidad al tacto. Todo esto reduce considerablemente la calidad de vida de los pacientes que la sufren.

La evolución clínica de la enfermedad se desarrolla en tres etapas; la primera se caracteriza por dolor que se puede describir como sensación de ardor y sensibilidad en la zona afectada. En algunos casos puede presentarse hinchazón y enrojecimiento de la piel. En la segunda fase el dolor es más intenso y se sufren espasmos musculares. La tercera fase es la más grave y se caracteriza por un dolor intenso, atrofia muscular y deformidades articulares.