Hace cuatro meses, el Gobierno aprobó el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, que supone una revisión de la normativa española alineándola con los objetivos de la Unión Europea para avanzar en la implantación de la economía circular. También transpone la directiva de la UE sobre envases de plástico de un solo uso, busca impulsar la prevención en la producción de residuos de envases y su reutilización, y desarrolla el régimen de responsabilidad ampliada del productor para todos los envases y los residuos de los mismos. Y tendrá su efecto, por ejemplo, en las compras, que serán cada vez más sostenibles, pues no sólo se podrá llevar la bolsa, también el táper.

Dicho Real Decreto fomenta la venta a granel de alimentos y los comercios minoristas de alimentación deberán adoptar las medidas necesarias para presentar a granel frutas y verduras frescas que se vendan enteras. Sin embargo, no estarán obligados a hacer lo mismo con las que estén envasadas en lotes 1,5 kilogramos o más o que se envasen bajo una variedad protegida o indicación de agricultura ecológica o las que presenten un riesgo de deterioro o merca en la venta a granel. Es más, los comercios minoristas alimentarios que tengan una superficie igual o mayor a 400 metros cuadrados, dedicarán el 20% de su área de ventas a la oferta de productos presentados sin embalaje primario, incluida la venta a granel o mediante envases reutilizables.

El Real Decreto de Envases y Residuos de Envases fomenta la venta a granel de alimentos y los comercios minoristas de alimentación deberán adoptar las medidas necesarias para presentar a granel frutas y verduras frescas

 

 

envases

 

Este tipo de comercios deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables para alimentos y bebidas por parte de los consumidores, que serán los responsables de su acondicionamiento y limpieza, pero dichos recipientes podrán ser rechazados por los vendedores si están sucios o no son adecuados. Esta medida que no sólo implica ahorro de costes al generar menor fabricación de envases de un solo uso y desaparecer los gastos de gestión de esos residuos que se han evitado. Asimismo, se fomentará la utilización de materiales obtenidos a partir de residuos de envases reciclados y habrá porcentajes obligatorios entre 2025 y 2030 para el caso de las botellas de plástico de un solo uso. A la apuesta por la reutilización se suma la del reciclaje y para ambas se necesitan sistemas de recogida separada, depósito, devolución y retorno a gran escala y con extensa implantación. De hecho, se prevé que en 2025 se recicle al menos el 65% del peso de los envases.

El citado Real Decreto distingue entre envase industrial y envase comercial. El primero se define como el destinado al uso y consumo propio del ejercicio de la actividad económica de las industrias, explotaciones agrícolas, ganaderas, forestales o acuícolas. Por su parte, el segundo refiere el destinado a la utilización y consumo propio del ejercicio de la actividad comercial, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados, así como del resto del sector servicios. Además, dentro del comercio minorista, se suma el nuevo concepto de envase de servicio para designar al que se diseña y se destina para ser llenado en el punto de venta, incluidos los artículos desechables diseñados para ello (por ejemplo, bolsas para el transporte de la compra y envases primarios para alimentos a granel).

A la apuesta por la reutilización se suma la del reciclaje y para ambas se necesitan sistemas de recogida separada, depósito, devolución y retorno a gran escala y con extensa implantación. Se prevé que en 2025 se recicle al menos el 65% del peso de los envases

Túper a la compra

 

Desde su aprobación a finales del pasado diciembre, el Real Decreto daba seis meses de plazo a los comercios para adaptarse a la nueva normativa, por lo que esa puede ser la principal razón de que aún no se vea mucho a los consumidores yendo a la compra con sus tápers. Además, también se ven afectados bares y restaurantes, así como promotores de eventos culturales.

Para avanzar en la economía circular fomentando el uso de envases y embalajes reutilizables y el reciclaje es fundamental tener sistemas avanzados basados en nuevas tecnologías de la información y la comunicación que puedan realizar una trazabilidad completa de los mismos. Y entre los proyectos que están surgiendo ante la nueva normativa cabe referir el de ‘Track & Trace Reuse’, que ha desarrollado una tecnología para gestionar la trazabilidad de envases reutilizables y pretende generar un ecosistema de colaboración que garantice el máximo de información para conseguir la reutilización controlada y segura de los envases teniendo en cuenta sus diferentes tipologías y modelando sus características. El ‘Track & Trace Reuse’ es una innovación de Heura Gestió Ambiental, junto a la empresa Nettrim Technology y el Cluster Tecnara de Aragón; que actualmente está coordinado por el consorcio del Cluster de innovación en Envase y Embalaje y está cofinanciado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. “El fin es conseguir una digitalización completa de nuestro servicio de desarrollo de modelos de reutilización de envases, que da respuesta a una necesidad importante de las empresas y que va a suponer un avance en este ámbito”, explica José Guaita, presidente de Heura Gestió Ambiental.

Entre los proyectos que están surgiendo ante la nueva normativa cabe referir el de ‘Track & Trace Reuse’, que ha desarrollado una tecnología para gestionar la trazabilidad de envases reutilizables 

Venta a granel

 

También cabe referir ‘Cartón Circular’, un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor que surge de la mano de las principales asociaciones de la cadena de valor del envase industrial de cartón (Aspapel, Afco, Aspack y Repacar) y que pretende garantizar la adecuada gestión y el reciclado de los envases de este material que utiliza el sector. ‘Cartón Circular’ “permitirá a los clientes delegar en los fabricantes de envases las obligaciones derivadas, liberando al resto del tejido empresarial en pro de su tranquilidad”, señala el presidente de AFCO, Leopoldo Santorromán. Es “una solución a medida de la nueva legislación, sencilla, potente y que hay que defender porque demuestra el compromiso de una industria esencial que ha reducido su huella de carbono en un 24% desde 2018”, destaca el presidente de Aspack, José Ramón Benito. Una iniciativa para “conservar la relación entre el productor del residuo y el gestor, ya que incluir nuevos agentes en la gestión podría dificultar el proceso”, afirma Manuel Fernández, presidente de Repacar; y para el de Aspapel, Eduardo Querol, se trata de una “herramienta indispensable para afianzar también la competitividad de los envases de cartón industriales”, como informa EFE.

Es cierto que los comercios y otros establecimientos tienen aún plazo para adaptarse a la normativa, de hecho, les quedan dos meses de plazo, pero ya se pueden encontrar algunos donde poder hacer esas compras más sostenibles sin bolsas de plástico y acompañados del táper. Por ejemplo, se puede acudir a: Zero Wast Mad, que tiene más de 400 referencias de productos no perecederos y que se pueden comprar sin generar un sólo residuo de plástico; Frasko, donde se usa algodón orgánico y plástico reciclado, entre otros materiales; Jabón a granel, para evitar las botellas de plástico de multitud de productos de limpieza; Hemper envuelve los productos que vende en sacos de arroz reutilizados; en ReStore7 usan bolsas de algodón y recipientes de vidrio para comprar una gran cantidad de productos (pastas, legumbres, cereales, café, infusiones, frutos secos, vinagre, aceite, miel y detergente); y The Circular Project fomenta el uso de prendas de segunda mano y apuesta por la producción textil circular con firmas de moda sostenible; entre otros establecimientos,… y la lista seguirá creciendo.