El buen momento de Ciudadanos ha sido breve. Ahora vive en un continuo bucle de tira y afloja interno, elecciones, debacles electorales, dimisiones y fracasos, y parece que ya solo queda la sombra de un partido, que en su momento fue relevante, pero que ahora se ha quedado relegado a memes, chistes y burlas.

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Ahora la presidencia del partido está en manos de Inés Arrimadas. Bajo su mandato, se han perdido cuatro gobiernos autonómicos, Región de Murcia, Comunidad de Madrid, Castilla y León y Andalucía, Ciudadanos es inexistente en Galicia y ha pasado de 36 a 6 diputados en Cataluña. Pero hay que ser justos con Arrimadas, ella no está sola formando todo este caos, en la cúpula también están Edmundo Bal, Marina Bravo, Daniel Pérez o Guillermo Díaz, entre otros. Tras las elecciones andaluzas, los naranjas parecían ser conscientes de su deriva, y planearon la "refundación de todo"

Al comienzo de esta refundación los naranjas se mostraban como un solo bloque unido, pero ahora todo se ha dinamitado y ha comenzado el 'sálvese quien pueda' de Ciudadanos. Entiéndanlo, Arrimadas quiere sobrevivir, pero su ejecutiva también: las encuestas le auguran un futuro negro, quizás con un solo asiento en el hemiciclo, y como el juego de las sillas, hay que lucharlo antes de que la música se pare. Y el primero en apuñalar ha sido Edmundo Bal, el que parecía la mano derecha y fiel escudero de Arrimadas ha visto su escaño peligrar y ha sido el precursor a la hora de sacar los cuchillos.

En algo coinciden Arrimadas y Bal: sobrevivir, pero con la misma dictadura centralista, progre y con liberalismo económico, quizás deberían plantearse que todo no cabe en un mismo espacio. Pero ahora no están en esas, sino en ver quién se hace con el poder de los naranjas. "Quiero presentarme para liderar este proyecto", aseguraba Bal, de cara a las primarias que el partido celebrará el 9 y 10 de enero: el anuncio de Edmundo era algo que Arrimadas no se esperaba. 

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Hay que volver a ser justos con Arrimadas, Albert Rivera dejó un debilitado Ciudadanos con 10 diputados y bajo la presidencia de Arrimadas parece que el partido se quedaría con 1 o ningún representante. Pero es que a Bal no le han tratado mejor las urnas: recuerden que Ignacio Aguado, ese gran político que fue vicepresidente de la Comunidad de Madrid, pero que solo aparecía para criticar a la Comunidad de Madrid y a Ayuso cayó en desgracia al intentar una moción de censura contra la presidenta regional. La Comunidad fue a elecciones y Edmundo se ofreció como candidato y rival de Ayuso, ¿el resultado? Ciudadanos pasó de ostentar la vicepresidencia con 26 diputados a desaparecer en Madrid. 

Y la cosa se pone aún más interesante: entra en escena Begoña Villacís. Hay que tener en cuenta que Villacís es de los pocos activos que funcionan que le quedan al partido, sigue en el Gobierno del Ayuntamiento, y las encuestas le dan la llave para decidir el nuevo alcalde de Madrid en las próximas elecciones. Villacís tiene cierto tirón, algo que practicamente nadie en Ciudadanos puede decir, y ahora amenaza: si Edmundo toma las riendas, que no cuenten con ella. 

Villacís PP

Villacís ha asegurado que no continuará en Ciudadanos si Edmundo Bal asume la presidencia del partido, y que se volcará con la candidatura alternativa, todo apunta a que será la de Arrimadas, quien ha instado este lunes a Bal a retirar su candidatura para lograr una lista de unidad de cara a las primarias del partido. Pide llegar a un acuerdo pese a las "discrepancias ideológicas" con su "amigo" Bal y llegar a un pacto sin confrontación ni "batallas campales". Pero ojo, que Inés va de buenas y a la vez le lanza un órdago a su "amigo": se presentará a las primarias de Ciudadanos si Edmundo Bal no renuncia a su candidatura. Por lo que la pelota queda en el tejado de Bal, que ha contestado vía twitter sin dejar claro qué hará con su candidatura, aunque a su parecer, él mismo es la candidatura que Ciudadanos necesita para "recuperar la ilusión". Aunque abre la puerta de su apuesta a Inés, como segunda, claro está, el protagonista debe ser él.