Después de un largo camino, comienzan este lunes las primarias presidenciales en Estados Unidos, con los célebres caucus de Iowa. Si bien la carrera republicana comenzó con un gran número de candidatos, solo cinco han llegado al comienzo de la contienda. Se trata del expresidente Donald Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, la exembajadora ante la ONU Nikki Haley, el emprendedor Vivek Ramaswamy y el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson. En todo este período, han sido muchos los que han abandonado la carrera, entre ellos el exvicepresidente Mike Pence, el senador Tim Scott o el alcalde de Miami Francis Suarez. El último en retirarse lo ha hecho esta semana y ha sido el exgobernador de Nueva Jersey, el antitrumpista Chris Christie, que ha puesto fin a su campaña al no ser capaz de subir de un exiguo 3% de los votos en los sondeos.

A pesar de la cacería emprendida contra Trump por el Partido Demócrata con el apoyo cómplice del decrépito establishment republicano, lo cierto es que el expresidente se ha mostrado imparable durante la campaña, y su ventaja sobre sus rivales dentro de las primarias republicanas no ha hecho sino incrementarse en los últimos meses, hasta el punto de llegar a los caucus de Iowa con un 61% de intención de voto, superando en 50 puntos a sus más directos rivales, DeSantis y Haley, que con un 11% de voto se disputan el segundo puesto.

Todo apunta a que Trump se impondría con claridad en las primarias y se alzaría con la nominación presidencial republicana por tercera vez consecutiva. Esto sería lo que ocurriría en tiempos normales, no obstante, como vivimos en una época poco común, en la que un candidato y expresidente es objeto de una persecución sin límite, la lucha por el segundo puesto entre DeSantis y Haley cobra gran interés. Y es que, visto lo visto en Maine y Colorado, podría darse el caso en el que la progresía mediática logre inhabilitar al expresidente, y que a pesar de que el mandato demócratico de los electores republicanos le conceda la candidatura por votación en las primarias, le sea privada a posteriori.

En este escenario, el emprendedor Ramaswamy manifestó que si el Supremo no revertía la inhabilitación de Trump en algunos Estados él retiraría su candidatura, y retó a DeSantis y Haley a hacer lo mismo, dado que sino contribuirían a un fraude a la democracia. Ninguno de los dos se ha pronunciado sobre este extremo y se han centrado en una lucha encarnizada por el segundo puesto, que ha alcanzado un punto especialmente avinagrado en el último debate en el que han participado ambos. Aún y todo, de darse el escenario de la inhabilitación de Trump, los electores republicanos deben recordar que DeSantis es un líder que ha gobernado el Estado de Florida este último lustro con una política basada en sólidos principios cristianos y conservadores, mientras que a Haley lo único que le guía es su desmedida ambición política, hasta el punto que algunos no dudan en calificarla como la “Hillary Clinton republicana”.

En el lado demócrata, la cuestión es más clara si cabe, por cuanto el presidente Joe Biden, en campaña para la reelección, no tiene ningún rival de entidad que le haya desafiado. Más allá de que algunos estrategas demócratas quieran que Biden no repita como candidato, lo cierto es que hoy por hoy, a pesar de su evidente deterioro cognoscitivo, no tiene sustituto, dado que la falta de banquillo es el principal lastre para la formación demócrata. Con lo que, en el caso que el presidente renunciara a la candidatura, escenario poco probable, los demócratas podrían verse en una peligrosa encrucijada. La vicepresidenta Kamala Harris, quien sería la sucesora natural, tiene unos lamentables datos de popularidad que hacen que no sea una opción viable, y otros líderes en activo del partido como el gobernador de California, Gavin Newsom, son grandes desconocidos para el público general. No obstante, en un país como EEUU, un presidente en ejercicio, aún en horas bajas, siempre es un poderoso activo electoral, con lo que, a pesar de todo, Biden sigue siendo la mejor opción de los demócratas para retener la Casa Blanca en estas próximas elecciones.