Pence barre a Kamala
Y llegó el turno de los segundos espadas. El pasado miércoles, tuvo lugar en Salt Lake City, el debate entre los candidatos a vicepresidentes, Mike Pence y Kamala Harris. El encuentro entre los números dos de las campañas cobraba especial relevancia al ser el debut nacional de Kamala Harris, candidata demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos. Una auténtica prueba de fuego, dada la elevada expectación que genera la senadora en el mundo mediático progresista. Y les adelanto el resultado: resultó un auténtico fracaso para la nueva estrella demócrata.
Los demócratas, cada vez más progres: pretenden subir los impuestos y mucha economía verde. O sea, economía ruinosa
La senadora, a pesar de tener una dilatada carrera política, demostró una escasa capacidad retórica y dialéctica. No fue capaz, en momento alguno, de poner en aprietos al vicepresidente Mike Pence. Por su parte, el republicano supo poner de manifiesto las incoherencias del argumentario progresista, hasta el punto que logró arrinconar a la lugarteniente de Joe Biden, quien utilizó la misma técnica que su líder, ante preguntas incómodas el silencio por respuesta.
La gestión del COVID-19 fue uno de los bloques principales del debate. Kamala acusó de mentir a la Administración Trump en la gestión de la crisis y de oponerse a las medidas de confinamiento. En este punto, Pence defendió la gestión de su gobierno en la crisis y atacó la incoherencia de los demócratas. Así, recordó que, en el mes de febrero, antes de que se cerrasen las fronteras por parte de todos los gobiernos occidentales y cuando el foco del COVID-19 estaba en China, Trump prohibió los viajes aéreos a EEUU desde China para contener la propagación del virus y que, al hacer esto, Joe Biden le calificó como “racista y xenófobo”.
Pence logró arrinconar a la lugarteniente de Joe Biden, que utilizó la misma técnica que su líder, ante preguntas incómodas el silencio por respuesta
La economía fue otro punto clave del debate. En este plano, Pence afirmó que su Administración continuará rebajando los impuestos a los estadounidenses y adoptará medidas de estímulo económico de cara a la reconstrucción del país, que ya ha recuperado gran parte del empleo perdido a causa de la pandemia. Kamala no acertó a responder cuál era la política de estímulos que propondría el gobierno del que ella formaría parte y se limitó a señalar que solo se subirían los impuestos a los que cobren más de 400.000 dólares al año. De nuevo, esta afirmación es contradictoria, dado que Biden ha defendido una subida generalizada de impuestos, con indiferencia de la renta.
En materia energética, Pence denunció que las políticas medioambientales radicales que propone el tándem Biden-Harris supondrían una grave amenaza para la economía estadounidense. Particularmente incidió que el llamado “Green New Deal” que avalan Biden y Harris, supondría el fin del sistema de extracción de gas y petróleo del subsuelo o fracking. Dicha cuestión no es baladí dado que, gracias a esta técnica, EEUU se ha convertido en el primer productor de petróleo a nivel mundial, lo cual ha supuesto eliminar su dependencia petrolífera del exterior y equilibrar la balanza exterior. También ha supuesto la creación de miles de puestos de trabajo en EEUU, particularmente en muchos de los Estados clave de las elecciones. Kamala de nuevo se contradijo, y a diferencia de lo que mantuvo meses atrás, afirmó que esta técnica no será prohibida.
El republicano demostró el sectarismo anticatólico de la demócrata: la moderadora se apresuró a salvar a la candidata demócrata
Al llegar el turno de debatir sobre el Tribunal Supremo, este fue uno de los momentos de mayor inconsistencia de Kamala. Pence le preguntó por el fraudulento plan demócrata de hacer que la corte pase de tener 9 a 12 magistrados, para intentar retener así el control ideológico del Tribunal. Sobre esta cuestión, al igual que hiciera Joe Biden en el debate con Donald Trump, Kamala se negó a contestar. El silencio de la demócrata fue tan notorio, que el republicano llegó a afirmar en tono irónico: “Dado que la senadora no quiere responder esta cuestión, esperemos que en el próximo debate Biden lo haga”.
Kamala no solo obvió esta pregunta, sino que hizo el ridículo al afirmar que “Trump había llenado los Juzgados de jueces blancos y hombres”. Curiosa afirmación, por cuanto el Presidente acaba de nominar a una mujer, Amy Coney Barrett como candidata al Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial del país.
También en el ámbito de la designación de jueces, de nuevo Kamala sufrió un contratiempo cuando Pence sacó a relucir el sesgo anticatólico de la demócrata, al recordar sus declaraciones en la designación como juez federal de Brian Buescher. En las audiencias, Kamala afirmó que Buescher no podía ser juez por ser miembro de los Caballeros de Colón, una hermandad católica fundada en EEUU en el siglo XIX. En este caso, quien corrió en ayuda de Kamala, fue la moderadora del debate, Susan Page, que impidió que Pence pudiera terminar de formular la pregunta.
Tras la finalización del debate, la totalidad de encuestas, tantos de medios progresistas como conservadores, han sido unánimes al dar como vencedor del debate al candidato republicano Mike Pence. La única excepción ha sido la de la CNN, el medio más afín al Partido Demócrata, que ha dado como vencedora a Kamala
También en materia de aborto, cuando Pence preguntó a Kamala si la Administración Biden-Harris iba a regular el derecho al aborto sin limitaciones en EEUU como manifestó Biden, la senadora se negó a responder de nuevo.
Tras la finalización del debate, la totalidad de encuestas, tantos de medios progresistas como conservadores, han sido unánimes al dar como vencedor del debate al candidato republicano Mike Pence. La única excepción ha sido la de la CNN, el medio más afín al Partido Demócrata, que ha dado como vencedora a Kamala.
El debut nacional de Kamala ha sido un estrepitoso fracaso y pese al desesperado intento de la progresía mediática de promoverla como futura presidenta de EEUU, la senadora está camino de convertirse en uno de los mayores fracasos de la historia política americana.
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