Insisto: el peligro para el Occidente cristiano radica ahora en la triple alianza: China, India y Rusia. Xi Jinping, líder material (en China casi todo es material), el líder espiritual (por tanto, a la larga mucho más peligroso) Narendra Modi y un Vladimir Putin que se aleja del cristianismo y se adhiere al orientalismo panteísta (o sea, ateo), cabreado porque Europa ha pasado a considerarle el enemigo uno de la humanidad, con el que no hay que hablar y del que sólo hay que quejarse. De este modo, Putin ha decidido aliarse con el verdadero enemigo número uno de la humanidad: el chino Xi Jinping.

Un nuevo gasoducto de grandes dimensiones, a través de Mongolia, por donde se abastecerá de combustible ruso al gigante chino y salvará la balanza exterior del Kremlin es la peor noticia que podría recibir Occidente. Es la confirmación de que las cosas no van bien.

Putin incluso se permite bromear con la tonrería de una invasión rusa de Europa. En efecto, no sería una invasión: sería una guerra nuclear táctica... lo que podría llevar a una guerra nuclear global. Mientras, Europa continúa haciendo el ridículo: no se atreve ni a enfrentarse a Putin ni a aliarse con él

Encima, los firmantes de la triple alianza hablan de un mundo multipolar, un concepto que asumen de forma acrítica los más tontos de Occidente. Por ejemplo, el Gobierno español de Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, el muñidor de la 'triple alianza' proclamada en China, el tirano Xi Jinping, se prepara para mostrar al mundo su poderío militar que supera con mucho al de Rusia y reta al de Estados Unidos.

Es más, el dictador chino prescinde de los BRICS para desgracia del vengativo Lula da Silva, que ya se creía en nuevo líder mundial del tercer mundo. A Xi le basta con la triple alianza de los dos países más poblados del mundo con el poder nuclear ruso.

Mientras, Donald Trump está perdiendo la esperanza de atraerse a Moscú hacia el Occidente cristiano: el líder ruso se está volviendo hacia el comunismo. Y eso sí que resulta peligroso.

Vladimir Putin incluso se permite bromear con una posible invasión rusa de Europa. En efecto, Putin sabe que una invasión terrestre del ejército 'rojo' no es posible: en lo que piensa Putin, si llega el enfrentamiento directo con Europa, es en una guerra nuclear táctica... lo que llevaría a la guerra nuclear global.

Y la guinda de la tarta china la pone el psicópata de Kim Jong-Un, el asesino en serie de la política global

En el entretanto, Europa continúa haciendo el ridículo: no se atreve ni a enfrentarse a Putin ni a aliarse con él y los rusos le hackean el avión a Ursula von der Leyen.

La triple alianza de Jinping-Modi-Putin representa un ataque directo al mundo libre, al Occidente cristiano. Hay que luchar por romper esa alianza por la única vía posible, Vladimir Putin, aunque cada día está más difícil.

Además, Bruselas debe reaccionar, aceptar que su enemigo, no su amigo, es Pekín y Delhi, y que Trump no es el adversario de Europa, sólo el hombre que ha caído en la cuenta de que Europa debe volver a ser ella misma, como le pedía San Juan Pablo II desde Santiago de Compostela: Europa sé tú misma, recupera tus valores cristianos.

Y la guinda de la tarta la pone el oligofrénico norcoreano, Kim Jong-Un, recibido por la 'Triple Alianza' como el amigo querido, que siempre está dispuesto a ayudar si se trata de asesinar. Kim no ha segudio el consejo de Trump de abandonar la fabricación de armas nuleares y poner un resort. A nuestro adolescente rabioso le mola más lo primero.