Desde la llegada a la presidencia de Donald Trump, el Partido Demócrata ha tenido como único objetivo torpedear su mandato. En estos últimos meses, el tono agresivo de la oposición ha subido hasta el punto de que, en las últimas semanas, los demócratas han apoyado con entusiasmo las violentas protestas que están causando el caos a lo largo del país. La deriva ideológica radical del partido se revela en la cada vez más creciente influencia de sus figuras más extremistas. Así, desde el comienzo de las protestas del movimiento marxista Black Lives Matter, la congresista por Minnesota Ilhan Omar, una de las dos únicas congresistas de religión musulmana, se ha convertido en portavoz oficiosa de la formación. La breve carrera política de Omar ha estado salpicada por diversos escándalos. Nada más tomar posesión en 2019, saltó a la palestra nacional al ser la primera legisladora en la historia de EEUU en utilizar en sede parlamentaria el hiyab o velo islámico, cuestión que fue muy criticada, dada la estricta separación Iglesia-Estado inherente a la República estadounidense. Posteriormente, causó diversas polémicas por sus opiniones abiertamente antisemitas y antiisraelíes, hasta el punto que el Gobierno israelí le denegó la entrada en su territorio en el mes de agosto de 2019, siendo la primera legisladora estadounidense a la que se le denegaba la entrada en Israel, aliado tradicional estadounidense. En otros planos de política exterior, cabe referir que en la crisis de Venezuela de 2019, se alineó con el dictador Nicolás Maduro, llegando a calificar a la oposición venezolana y a su líder Juan Guaidó como “extrema derecha”. También se negó a condenar el genocidio armenio en una votación en el Congreso a finales de 2019.

 La congresista por Minnesota Ilhan Omar, aplaude al dictador Maduro y considera que Guaidó  un ultra. Isrel le tiene prohibida la entrada y es una negacionista del genocidio armenio

En estas últimas semanas, ha cobrado especial relevancia mediática por ser la voz en el Congreso de los radicales y violentos manifestantes. Así, ha llegado a afirmar que “estamos trabajando, no solo para acabar con este sistema opresivo en el régimen de justicia criminal, sino también en la vivienda, en la educación, en la sanidad y hasta en el aire que respiramos”. Es curioso que la legisladora hable de un sistema opresivo, cuando ella forma parte del mismo como congresista y que ataque así al país al que llegó bajo el abrigo del asilo político en 1995, tras huir de su Somalia natal. En estos días, no obstante, ha llegado más allá, al exigir el desmantelamiento de la policía, lo que de nuevo abona la estrategia del caos pretendida por los radicales manifestantes… y por el Partido Demócrata. Tanto es así, que no solo no ha habido críticas en las filas demócratas a las palabras de Omar, sino que, encima, han sido aplaudidas por líderes del partido. A estos efectos, como recordó el Presidente Trump, de ser elegido Joe Biden como presidente en Noviembre, Omar y los marxistas antisistema jugarían un papel relevante en el seno del Ejecutivo estadounidense.

En noviembre, Estados Unidos tendrá que tomar la decisión definitiva, reelegir al republicano Donald Trump o dejar paso a la ideología del Nuevo Orden Mundial (NOM).