El primer ministro húngaro asegura en Texas que los hispanos pueden controlar Estados Unidos: eso espero
Uno comprende perfectamente al húngaro Viktor Orban. Lo que ha tenido que aguantar de una Unión Europea degenerada resultaría una prueba difícil hasta para el santo Job. Encima, Orban dirige con mano exitosa la economía húngara, es votado por los suyos y defiende sus principios cristianos, sobre todo vida y familia, sin miedo. Ya quisiera yo un Orban en España.
Además, don Víctor está cansado de que medidas de carácter claramente cristiano sean interpretadas en Bruselas como un atentado contra los principios de la Unión, pervirtiendo así, no ya la acción política, sino sus principios teóricos. Parte de razón tienen los eurócratas de Ursula von der Leyen, porque lo cierto es que la actual ideología europea puede definirse como pura cristofobia. Ergo, Orban sobra. Bruselas ya no construye nada, sólo busca destruir la sociedad cristiana, a quien debe su existencia.
Hispanismo es mestizaje, de españoles e indios, un mestizaje que ha creado la nación más occidental que haya surgido en la historia: la Hispanidad
Ahora bien, una cosa es esta y otra irse a Texas y arengar a los republicanos contra los hispanos que según Orban, quieren sustituir a los, digo yo, anglosajones.
Conste que hablo por cronistas y no he logrado acceder al discurso completo de la organización conservadora CPAC, celebrado en Texas. Por tanto, puedo incurrir en error. Pero las comillas de los cronistas aseguran que el primer ministro húngaro defendió que la inmigración había destruido Occidente: "Esos países ya no son naciones, son conglomerados de gente". Pues si dijo eso, erró: a Occidente no le han destruido los inmigrantes sino la pérdida de su sentido evangelizador. Si no lo hubiera perdido, el occidental se habría comportado como los españoles en América, donde, con excepciones, claro, se trató a los indígenas como hijos de Dios, dignos de ser bautizados.
El primer ministro húngaro asegura en Texas que los hispanos pueden controlar Estados Unidos: eso espero
Y es que en Texas, Orban -insisto, al parecer, porque sus palabras han podido ser manipuladas- habló de los hispanos como un peligro que intenta expulsar a los blancos, dominantes en Estados Unidos.
Pues mire no, señor Orban, precisamente el Hispanismo es mestizaje, de españoles e indios, un mestizaje que ha creado la nación más occidental que haya surgido en la historia: la Hispanidad.
El problema es que las naciones no las crean las razas, sino las religiones. La Hispanidad son unos principios cristianos que acabaron creando la raza hispana.