El cartel presenta un dibujo de un hombre transgénero, es decir, que nació mujer pero se cambió el sexo a hombre, embarazado, y forma parte del plan de comunicación de la asociación feminista Le Planning Familialsubvencionada por el Estado francés. "En Planning Familial sabemos que los hombres también pueden estar embarazados" es el lema del cartel de la planificación familiar.

El diseñador de la campaña ha difundido el cartel en redes sociales con el siguiente mensje: "Objetos para conocer mejor tu cuerpo, anticonceptivos, aborto, salud sexual, sin juzgar y sin discriminaciones. En un mundo cada vez más conservador, Planning Familial es vital para 'todes'".

Objetivos que el ilustrador comparte con la asociación, tal y como se puede leer en su web: en Planning Familial "defendemos el derecho a la educación sexual, a la anticoncepción y al aborto y luchamos contra la violencia y la discriminación ligadas al género y a la orientación sexual".

Pero ahí no queda la cosa: "Planning Familia participa en colectivos interasociativos para recordar a Francia sus compromisos internacionales, a favor de los derechos sexuales y reproductivos, como piedra angular del desarrollo sostenible, al tiempo que consagra los derechos de las mujeres y la igualdad de género como prioridades políticas. En 2017, Planning Familia participó en una fuerte movilización interinstitucional para defender el derecho al aborto en Europa", aseguran en su web. 

Además recuerda a otros Estados que "deben tomar medidas concretas acompañadas de medios económicos, no solo derogando leyes opresivas, sino también promoviendo y protegiendo los derechos sexuales y reproductivos, cumpliendo su misión de información, sensibilización y servicios y poniendo fin a la impunidad de la violencia sexual y de género".

Con estos valores compartidos con el muy progre Macron era de esperar que la asociación contara con subvención del Estado, exactamente Planning Familial, recibe 300.000 euros anuales desde 2018.

Por concretar, un hombre no puede quedarse embarazado, al menos por ahora y hasta que a esta sociedad que le encanta jugar a ser Dios le de por conseguir transformar el interior de los hombres para que puedan lograrlo. Segundo, la que se queda emabarazada es una mujer, en este caso, una mujer que ha decidido modificar su sexo. Pero claro, si aceptamos que esa mujer se sentía hombre, ¿cómo puede ser que quiera vivir la maternidad? Es decir, la maternidad es inherente a la mujer, puesto que el varón engendra pero la mujer gesta. Y tercero, y más importante, un varón no es una mujer y una mujer no es un varón, y sí, existen las mujeres y los hombres.