Nuevo episodio de la persecución a los católicos en Nicaragua por parte de la dictadura de Daniel Ortega.

En las últimas jornadas, once sacerdotes y diáconos fueron secuestrados por el régimen, según denuncia Universitarios Católicos. 

Los nombres de los curas son Monseñor Ulises René Vega, Monseñor Edgar Sacasa, el Padre Jairo Pravia, el Padre Víctor Godoy, el Padre Marlon Velasquez, el Diácono Ervin Aguirre, el Fray Silvio José Romero, el Fray Ramón Morras, y los Padres Antonio López, Raúl Francisco Villegas y Salvador de las Calabazas.

Pero es que, la semana pasada, la dictadura de Ortega prohibió la celebración de una misa en la que se iban a ordenar como sacerdotes tres diáconos, de nombre Wendel Fuentes Chavarria, Kelin José Martínez Rayo y Ervin Joel Hernández Umanzor. 

Además, también esa semana el sacerdote Frutos Constantino Valle Salmerón habría sido “secuestrado, interrogado” y puesto bajo vigilancia la Policía Nacional de Nicaragua, que actúa bajo las órdenes del régimen nicaragüense.

La prohibición de celebrar ordenaciones es una forma muy sutil de persecución a la Iglesia católica, pues la recepción de los sacramentos es vital para el pueblo de Dios.

Por otra parte, en los últimos años, según el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los curas  nicaragüenses encarcelados sufrieron “largos interrogatorios, amenazas, desnudez forzada, prohibición de comunicarse con otras personas detenidas, comida inadecuada y en algunos casos en porciones más reducidas que las correspondientes a presos comunes, luz artificial continua, y condiciones de aislamiento e incomunicación constantes”.