Ya no se trata de que en las guerras mueran más civiles que militares. Eso ocurre desde el momento mismo en que la población civil se convirtió en un objetivo militar y desde el momento mismo, ya en el muy ilustrado siglo XVIII, en el que se inventó el bombardeo de las ciudades. Las dos guerras mundiales representan la consolidación del nuevo estilo bélico.

Ahora mismo, hay guerras en distintas parte del mundo, lo que el Papa Francisco llama la III Guerra Mundial a trocitos, pero casi todas ellas son guerras civiles: han nacido de un conflicto en las calles, de violencia entre vecinos, más que de un conflicto entre naciones. Sí, también la de Ucrania, porque Putin no pretende invadir Ucrania sino crear en el Dombás repúblicas satélites que supongan una barrera frente a la Europa de la OTAN. El Dombás es un territorio medio ucraniano, medio ruso, con dos comunidades que se miraban con recelo, ahora enfrentadas en pugna civil.

Pero es que los conflictos se ha disparado este fin de semana por todo el mundo y son conflictos civiles y religiosos, más que políticos y militares. Otro ejemplo, Myanmar, antigua Birmania, donde el Gobierno militar persigue con saña a los cristianos. Pero hay muchos otros ejemplos: En Nigeria se vide un Estado fallido y un gobierno que ya ni disimula sus lazos con el terrorismo islámico del norte. 

Congo es la guerra más olvidada, probablemente una de las más crueles de todas, pero Occidente mira hacia otro lado. 

En Israel ha vuelto Netanyahu y con él el ojo por ojo y diente por diente. Y no olvidemos que Israel tiene el arma nuclear y lleva 75 años luchando por su existencia. Si se ve en peligro de ser eliminado como pueblo empleará cualquier arma para evitarlo. 

¿Qué decir de Siria, donde la guerra internacional se ha estancado en plena guerra civil? 

Ahora bien, en Irán una bestialidad homicida de un policía con una mujer que llevaba el velo mal puesto ha terminado en una revuelta social a tiros, con atentado contra refinerías e instalaciones del Ministerio de Defensa, al parecer por el Gobierno de Israel. Pero el origen de la situación actual de Irán es civil, no militar: fue el asesinato de Masha Amini por policías, una guerra civil.

En Perú los muertos ya llegan a 50, en una lucha, con origen en una lucha violenta, no sólo civil sino fratricida, entre dos fracciones del neocomunismo iberoamericano. 

Y en Estados Unidos Biden se consolidó en la Casa Blanca gracias un que un policía blanco mató a un hombre negro. Ahora, en medio de tiroteos en las calles, -puro guerracivilismo- cinco policías negros matan a un ciudadano negro a golpes: ¿eso es racismo o mera salvajada? En cualquier caso, el guerracivilismo reina en la sociedad estadounidense, con Biden más que con Trump.

En Myanmar los militares, presuntamente de derechas están arremetiendo contra las iglesias cristianas, presuntamente de derechas.

En China, la mayor tiranía del mundo, arremete contra su propia población y provoca a los extranjeros, Por ejemplo, a Taiwan. En India, el país más poblado del mundo, el nacionalismo hinduista en el poder se ha lanzado a perseguir a la minorías musulmanas y cristianas ,creando una violencia civil que va en aumento y que acabará en guerra civil no declarada.

La violencia 'civil' reina en el mundo, y son esos enfrentamientos civiles los que acaban provocando el lanzamiento de misiles militares. Al final, será una guerra civil por trocitos donde los ejércitos no serán militares, sino civiles. 

Las guerras del siglo XXI empiezan en las calles, vecino contra vecino. Los misiles vienen después y los golpes de Estado ya no son militares, sino sociales. 

El mundo ha cambiado, las guerras también. No sé si a mejor.