En el contexto de la invasión rusa de Ucrania, en las últimas horas se ha producido una noticia confusa: se trata del bombardeo de la presa de Nova Kajovka, una infraestructura estratégica construida sobre el río Dniéper en la región de Jersón que sirve para generar energía. La presa se encuentra en la zona controlada por Rusia

Y decimos confusa porque ambos países se acusan mutuamente de su destrucción. 

La infraestructura tiene 30 metros de alto y 3,2 kilómetros de largo, y alberga un volumen de 18 millones de metros cúbicos de agua. Fue construida en 1956, en la época soviética.

En cualquier caso, las autoridades han ordenado la evacuación de urgencia de los habitantes de la zona afectada ya que la rotura del embalse amenaza a unas 22.000 personas de 80 localidades. 

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha difundido un vídeo de la presa destruida y ha acusado a los "terroristas rusos". "La destrucción de la prensa de la planta hidroeléctrica de Kajovka sólo confirma a todo el mundo que deben ser expulsados de cada esquina de la tierra ucraniana. No se les debe dejar ni un solo metro, porque usan cada metro para el terror". Zelenski, ha convocado un Consejo Nacional de Seguridad urgente.

Por su parte, Rusia ha negado las acusaciones ucranianas y ha acusado a su enemigo de "sabotaje deliberado". "Negamos rotundamente estas acusaciones. Se trata de un sabotaje deliberado, planeado y organizado por el régimen de Kiev", ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El ataque contra la presa, independientemente de su autoría, se produce cuando Moscú asegura que Kiev ha pasado a la ofensiva con ataques en Donetsk. Ucrania guarda silencio y no confirma si ha iniciado su esperada contraofensiva para recuperar territorio, recoge RTVE