Esta semana, la expectación progresista estaba centrada en el primer viaje internacional de la flamante vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. El destino era México y Guatemala, con el trasfondo de la crisis migratoria que asola EEUU desde que Joe Biden llegara a la Casa Blanca y donde Kamala tiene un papel central, dado que Biden la designó como principal responsable de gestionar la crisis en la frontera. La cuestión no es baladí ya que este pasado mes de mayo se ha alcanzado la cifra récord de personas que trataron de entregar ilegalmente al país, más de 180.000. Y todavía más descorazonador, más de 38.000 niños, mayoritariamente hispanos, que llegaron solos a la frontera, han sido dispersados por el país. Cuan caritativa es la progresista Administración de Biden y Kamala.

La primera etapa del viaje fue Guatemala donde, a las puertas del palacio presidencial donde se iba a reunir con el presidente, Alejandro Giammattei, Kamala fue recibida por manifestantes con carteles que decían ¡Trump ganó!, ¡Vete a casa Kamala!, y ¡Guatemala es provida!

La vicepresidenta ha caído en el ridículo. Eso no se lo puede permitir un político

En la comparecencia de prensa posterior, Kamala sorprendió defendiendo el cierre de fronteras al anunciar: “No vengan, no vengan, EEUU garantizará el cumplimiento de la ley y asegurará la frontera”. Llama la atención la hipocresía y el cinismo progresista, que acusaba a Trump de xenofobia por defender la seguridad en la frontera y luchar contra las mafias de tráfico de personas, y ahora defiende el cierre de fronteras como forma de paliar la crisis de la frontera. Todo a su tiempo, quizás el progresismo acabe defendiendo la construcción del muro entre EEUU y México.

Más errática si cabe fue la siguiente etapa de su viaje que le llevó a México, donde se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Tras la reunión, Kamala habló de una “nueva era en las relaciones entre EEUU y México”.

No tenemos claro a qué se refiere exactamente la vicepresidenta, por cuanto el gobierno mexicano de AMLO mantuvo unas excelentes relaciones con la Administración de Donald Trump de quien llegó a afirmar “en vez de agravios hemos recibido de usted comprensión y respeto”. Y no solo ello, López Obrador fue uno de los líderes mundiales que más ferozmente criticó la censura de las redes sociales a Donald Trump, llegando a calificar de “arrogante” al fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg.

A su regreso a EEUU, la opinión pública ha criticado con firmeza la nulidad de la vicepresidenta

A su regreso a EEUU, la opinión pública ha criticado con firmeza la nulidad de la vicepresidenta y la oposición republicana ha vuelto a insistir en cuestionar por qué siendo la principal responsable de la crisis migratoria, la vicepresidenta todavía no se ha dignado a visitar la frontera sur de EEUU.

Pero fíjense, sobre esto la propia intercepta sí nos ha dado una respuesta. Preguntada en una entrevista sobre por qué no había visitado todavía la frontera, Kamala aportó una brillante apreciación: “Bueno, tampoco he ido a Europa”.

México prefería a Trump

Pero no sólo desde el bando republicano se ha alzado la voz contra Kamala, también en las propias filas demócratas se han cuestionado las incoherencias de la vicepresidenta durante su viaje y la aparente improvisación y falta de altura de la misma a la hora de lidiar con algo tan relevante como es la crisis humanitaria en la frontera. Incluso desde el propio equipo de Kamala se ha criticado la decisión de haberla nombrado como responsable de la crisis migratoria, dado el alto coste político que supone. En esta línea, el estratega demócrata Joel Payne ha indicado que “en una materia como la inmigratoria, es fácil convertirse en chivo expiatorio, y eso es lo que el equipo de la vicepresidenta trata de evitar”Otros analistas señalaron que es un error situar a la vicepresidenta al frente de esta cuestión y el haber elegido como su primer viaje internacional una ruta relativa a la crisis migratoria.

¿Estamos seguro que se trata de un error? Quizás, después de todo, Biden no haya olvidado que Kamala le llamó racista y acosador sexual antes de ser su candidata a la vicepresidencia y no esté dispuesto a allanarle el camino a la presidencia.