Es el debate de moda, toda vez que Donald Trump está empleando a la US Navy para atacar a los narcotraficantes que utilizan lanchas rápidas, de alta tecnología, y hasta submarinos, para introducir la droga en Estados Unidos y en Europa.

La 'ministra' de Exteriores de la Unión Europea, Kaja Kallas, posiblemente insuflada de la obsesión anti-Trump que imponen los líderes neo-comunistas iberoamericanos, aprovechó la cumbre Europa-CEPAL para asegurar que el derecho internacional sólo admite la violencia en legítima defensa o cuando así lo decide el Consejo de Seguridad de la ONU.

Lo segundo, un solemne chorrada, se la vamos a perdonar a una mujer que, en otros aspectos, se ha mostrado sensata, más que nada para no tener que recordarle que el derecho internacional es una creación española, en concreto de la Escuela de Salamanca y más en concreto de Francisco de Vitoria, siglos antes de que existieran el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En España, con el dulce Albares asegurando que sólo la policía debe luchar contra el crimen, zonas de Andalucía se están convirtiendo en tierra conquistada por las narcos... ¡con armas de guerra y con el apoyo de Mohamed VI y de Nicolás Maduro!

Para entendernos: ¿Hace bien Trump en lanzar misiles contra las narcolanchas? Sí. ¿Con qué armas debemos pelear contra los narcos? Con aquéllas con las que les podamos vencer. Y claro, cuando los narcos utilizan submarinos y armas de fuego, lo mejor de lo mejor, el Estado tiene derecho a defenderse con lo mejor de lo mejor: los misiles.

De hecho, el derecho internacional dice que la violencia se justifica en legítima defensa. Pues es legítima defensa actuar, aún en aguas internacionales, contra una narcolancha que se dirige a mis costas para sembrar la ruina entre los consumidores de droga y lucrarse con ello. 

Si encima la narcolancha procede de un narcoestado, que de paso masacra a su población, que eso es Venezuela y a eso aspira a ser la Colombia de Gustavo Petro, uno de nuestros peores ciudadanos, la decisión de Trump sólo merece aplausos.

¿No se han preguntado por qué los más de 70 muertos en narcolanchas no han provocado alguna protesta vecinal? A lo mejor es porque a los que está matando Estados Unidos sí son narcotraficantes que trasladan narcóticos a Estados Unidos y que sí tienen bases sólidas desde donde operan, en Venezuela y Colombia... tal y como denuncia Donald Trump.

Sólo el presidente de Colombia, el precitado don Gustavo, asegura que uno de los muertos era un pobrecito pescador rural. A ver, Gustavito: ¿los pescadores rurales poseen narcolanchas de alta tecnología que surcan el océano a gran velocidad? ¿En serio? ¡Joé con los pescadores del Caribe!

Volvamos al Sanchismo de la guayabera. El dulce Albares asegura que sólo la policía debe luchar contra el crimen, no los militares. 

Sólo que mientras hacen eso, amplias zonas de Andalucía, de la Andalucía española, Albares, se están convirtiendo en tierra conquistada por los narcos que se enfrentan a la policía con mejores armas que las que utiliza la Policía Nacional o la Guardia civil... ¡con armas de guerra y con el apoyo de Mohamed VI! 

Cuando los capos de la droga toman un territorio, desaparecen la moral y la libertad y se arruina la economía: ¿para qué emprender con un margen del 5% cuando el narco te ofrece el 50%?

Así, con el apoyo de Marruecos, pues la droga que llega a España por el Atlántico no viene sólo de Venezuela y Colombia, que también, sino de Marruecos y el principal capo de narcóticos del Magreb es el Rey Mohamed Vi, el gran amigo de Pedro Sánchez, de quien siempre hemos dicho en Hispanidad que debe tener muchos cadáveres en el armario, todo ello referentes al inquilino de La Moncloa. De otra forma, no se entiende la sumisión de don Pedro a don Mohamed, el principal enemigo de España en el momento presente.

A continuación el vicepresidente de la asociación Policía S.XXI, Josema Vallejo, explica la situación del narcotráfico en Andalucía. 

Y el problema es que cuando los capos de la droga toman un territorio, desaparecen la moral y la libertad y se arruina la economía: ¿para qué emprender con un margen del 5% cuando el narcotráfico te ofrece el 50%?

La droga mata, liquida la libertad humana, también para elegir entre el bien y el mal. El mundo del narco desarrolla un hábitat en el que todo vale. 

Por tanto, emplear al ejército sí es legítima defensa de una sociedad frente a los narcoestados y no hay que dudar, ni tan siquiera en nombre del derecho internacional, en emplear al ejército cuando los grupos criminales se muestran más poderosos y con mejores tecnologías que las fuerzas del orden.