El presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el congresista republicano por Ohio Jim Jordan, emitió el pasado lunes una citación al director del FBI, Christopher Wray, para que declare sobre el descubrimiento del documento interno del organismo, en el que la agencia federal de investigación criminal señalaba a los católicos como objeto de investigación por razones de extremismo.

Esta investigación, dirigida por Jordan e instruida por el subcomité encargado de investigar la politización del FBI, particularmente su vinculación con el Partido Demócrata y su utilización como arma política contra el expresidente Trump y la oposición republicana, fue impulsada tras descubrirse un documento del 23 de enero del FBI titulado: El Interés de extremistas violentos por motivos raciales o étnicos en la ideología católica tradicionalista”.

Con el católico Biden hemos llegado a un FBI que se infiltra en las iglesias católicas en busca de ultras

Jordan afirma que el informe interno filtrado sugiere que católicos estadounidenses fueron vigilados por el FBI y podrían ser considerados terroristas domésticos. También acusó al FBI de vigilar lugares de culto católicos y a los propios feligreses.

Desde el FBI, un portavoz de la agencia federal ha indicado “si bien nuestra práctica habitual es no comentar nuestras actuaciones, el documento en cuestión acerca del extremismo violento motivado por motivos raciales o étnicos no cumple con los exigentes estándares del FBI”. El portavoz agregó que, al enterarse del documento, “la sede del FBI rápidamente comenzó a tomar medidas para eliminar el documento de los sistemas del FBI y realizar una revisión de la base del mismo”.

La vigilancia del FBI contra los católicos coincidió en el tiempo con los ataques a templos católicos por parte de radicales de izquierda, abortistas o anti-racistas, aplaudidos desde la Casa Blanca

En la citación, Jordan indicó: “Ahora sabemos que el FBI se basó en al menos un agente encubierto para producir su análisis, y que el FBI propuso que sus agentes se infiltraran en las parroquias católicas para desarrollar vínculos con el clero y la Iglesia, para informar y vigilar sobre los estadounidenses que practican su fe”.

La persecución de los católicos por el FBI coincide precisamente en el tiempo con los continuos ataques que están sufriendo los templos católicos en los Estados Unidos y con la cacería a la que se están viendo sometidos los grupos provida en el país.