
En el año 1992, el entonces presidente republicano George H. W. Bush se presentaba a la reelección. En principio, con una valoración positiva, Bush partía como claro favorito ante el candidato demócrata, el por aquel entonces joven gobernador de Arkansas, Bill Clinton. Sin embargo, Clinton hizo de la economía el eje principal de su campaña y bajo el lema “es la economía, estúpido” acabó llegando, contra todo pronóstico, a la Casa Blanca.
Dicha frase fue atribuida a James Carville, el estratega principal de la campaña presidencial de Bill Clinton, que acabó llevándole a la Casa Blanca. Carville también fue asesor de otros candidatos presidenciales demócratas como John Kerry en 2004 o de Hillary Clinton en 2008, cuando perdió en las primarias demócratas ante Barack Obama, además de haber asesorado a numerosos senadores y gobernadores de la formación progresista.
Pues bien, de padre de la campaña clintoniana de la tercera vía, que propugnaba la opción del socioliberalismo, Carville ha pasado a asumir posiciones propias de la izquierda radical, resultando un ejemplo paradigmático de la evolución que ha sufrido el Partido Demócrata hacia el radicalismo, particularmente en los últimos años.
Carville ha fantaseado con lo que le gustaría hacer a los colaboradores del presidente Trump si los republicanos pierden la Casa Blanca en 2028.
“Ya saben lo que hacemos con los colaboradores... mi sueño es que esta pesadilla termine en 2029. Y creo que deberíamos tener medidas radicales. Creo que a todos deberían raparles la cabeza.
Deberían vestirlos como reclusos, y marchar hasta la Avenida Pensilvania, e invitar al público a escupirles. Las universidades, las corporaciones, los bufetes de abogados, todos estos colaboradores deberían ser rapados, vestidos de presidiarios y escupidos”.
Unas afirmaciones de una virulencia verbal repugnante, que únicamente reflejan la deriva radical de los demócratas. Precisamente, hace apenas un mes contábamos en Hispanidad, que en una entrevista, la exsecretaria de Estado y exprimera dama de Estados Unidos Hillary Clinton, afirmó los “hombres blancos” y de una “cierta religión” (en una referencia velada al cristianismo) han causado un gran daño a Estados Unidos. No era la primera vez que Clinton insultaba a los trumpistas. En 2023, en una entrevista en la CNN, afirmó que los partidarios de Donald Trump, son "extremistas que pertenecen a una "secta" y deberían someterse a una "desprogramación formal". Y en la propia campaña presidencial de 2016, Clinton, que era la candidata demócrata, calificó de “cesta de deplorables” a los trumpistas.










