En Hispanidad, hemos venido denunciando la peligrosa conversión del FBI, la principal agencia federal de investigación criminal, en un instrumento al servicio del Partido Demócrata, que ha señalado como objetivos a la oposición republicana y al expresidente Donald Trump, con actuaciones tan polémicas como el registro de dudosa legalidad de la residencia del expresidente, la creación de la farsa de la trama rusa o la protección de los grupos de extrema izquierda Black Lives Matter y Antifa.

Ignacio Aguirre denunció que el FBI ahora actuaba contra los grupos provida. Así, el activista provida Mark Houck, de 48 años, fue arrestado por agentes del FBI en su casa en la zona rural del condado de Bucks, en Pensilvania, por presunta agresión a un voluntario de una clínica abortista, acusándole de vulnerar la Ley de Libertad de Acceso a las Entradas de las Clínicas de 1994, que prohíbe el daño intencional a la propiedad y el uso de “fuerza, amenaza de fuerza u obstrucción física” para “lesionar, intimidar o interferir” a alguien que ingresa a una clínica abortista.

El episodio supone una auténtica tergiversación de los hechos, ya que según LifeNews.com, la esposa de Houck, Ryan-Marie, defendió que el pasado 13 de octubre de 2021, su esposo estaba asesorando sobre alternativas al aborto en las inmediaciones del Centro de Salud Elizabeth Blackwell perteneciente a la multinacional abortista Planned Parenthood, cuando un voluntario radical abortista de Planned Parenthood, Bruce Love, que conducía a mujeres al edificio para abortar, amenazó a su hijo menor de edad de apenas 12 años. Para proteger a su hijo, Houck empujó a Love, causándole un rasguño en el brazo derecho", según el informe policial. Love presentó una denuncia contra Houck el año pasado, pero la demanda fue desestimada porque el propio Love nunca compareció y porque la policía había decidido no continuar con la investigación ante la ausencia de pruebas de agresión.

Al FBI le daba igual y reabría el caso y afirmando sin tapujos que Houck supuestamente agredió dos veces a Bruce Love. También llamaba la atención la extrema virulencia del FBI para detener a un pacífico activista provida: entre 25 y 30 agentes armados del FBI, allanaron la casa de la familia a las siete de la mañana, entrando en la casa, apuntando con rifles a la pareja, causando pánico a los hijos del matrimonio.

Houck se enfrentaba a 11 años de prisión, tres años de libertad supervisada y multas de hasta 350.000 doláres. Pero la Justicia le ha quitada lo razón al FBI, demostrando una vez más su utilización política, y se la ha dado a Houck, a quien el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Este de Pensilvania ha absuelto. 

“La administración de Biden presentó dos cargos descaradamente defectuosos y discriminatorios contra Houck en virtud de la Ley FACE”, declaró Peter Breen, vicepresidente de la Sociedad Santo Tomás Moro, na firma de abogados sin fines de lucro con sede en Chicago.

“Ambos cargos alegan que Mark Houck interfirió con una supuesta escolta voluntaria de pacientes de aborto, cuando en realidad, Houck tuvo un altercado único con un hombre que acosaba a su hijo menor, a 30 metros del negocio del aborto y al otro lado de la calle”. Breen comentó a los periodistas que el juicio fue “abusivo” y “absolutamente indignante”.

Houck, por su parte, dijo a los periodistas que “es un alivio”, y que se siente “lleno de alegría” y “bendecido”. “No podríamos haberlo hecho sin fe”.