En Colombia, el Gobierno del presidente ultraizquierdista Gustavo Petro ha intervenido la aseguradora de Salud Sanitas durante un año, con la excusa de una presunta insolvencia de la aseguradora (que en ese país cuenta con 5,7 millones de afiliados). 

En concreto, la Superintendencia de Salud argumenta que Sanitas -una entidad prestadora de salud (EPS) en aquel país- cuenta con una deuda de unos 524 millones de dólares que le imposibilitaría el cumplimiento de los requisitos financieros de habilitación. Y que además, con esta medida, se puede rescatar el sistema de salud del país. 

En palabras de Petro, "evitamos así una quiebra generalizada y la liquidación abrupta en el sistema de salud propiciada por la actitud de algunos congresistas que recibieron pagos de una EPS en sus campañas, precisamente de la  que peor balance tiene en sus estados financieros".

En cualquier caso, la oposición no se ha quedado callada ante esta medida que supone una 'cubanización' de Petro...

Así, por ejemplo, José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, ha acusado al Gobierno de usar esta decisión como una represalia por haber fracasado (en el legislativo) en el acuerdo para una reforma de salud.

Por su parte, los empresarios mostraron su  preocupación por esta intervención y destacaron la necesidad respetar la propiedad privada…