Comenzamos esta crónica semanal de Hispanoamérica en Argentina, donde el presidente, Javier Milei, destacado liberal, ha insistido en que la intención última del Foro de Sao Paulo es implantar el comunismo, o sea la pobreza, en Hispanoamérica.

Esto ya lo había dicho Milei hace dos años y lo recogimos también en Hispanidad

El contexto es el siguiente. El Foro de Sao Paulo fue fundado en 1990 por el dictador comunista Fidel Castro y por el actual presidente izquierdista de Brasil, Lula da Silva, quien realizó estas clarividentes declaraciones: "Nuestros enemigos nos acusan de ser comunistas, creyendo que nos ofenden al llamarnos así. Pero eso no nos ofende en absoluto… Nunca nos sentiremos ofendidos porque nos llamen comunistas o socialistas. ¡Nunca! Muy al contrario, nos sentimos muy orgullosos. El pueblo sabe que merecemos llamarnos así”. Es más, llegó a indicar que al comunismo se opone a los discursos de “la familia, la tradición y el patriotismo”. Es el perfecto resumen de este Foro. 

Y es que en Iberoamérica existe una 'pulsión izquierdista' que en este momento protagonizan gobiernos como el mexicano -presidido por Claudia Sheinbaum-, el uruguayo del presidente Yamandú Orsi, o el chileno de Gabriel Boric, por no citar las habituales dictaduras ultraizquierdistas de Venezuela, Cuba y Nicaragua. 

Todos estos gobiernos se caracterizan por sus políticas 'progres', es decir, en contra de los principios no negociables establecidos por el Papa Benedicto XVI, es decir, vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Y no se puede olvidar que no solo está el Foro de Sao Paulo, sino también el Grupo de Puebla (creado en 2019... y con el que está muy comprometido José Luis Rodríguez Zapatero), y ante la crisis diplomático entre España y Argentina, el líder de Vox, Santiago Abascal, no dudó en señalar a Pedro Sánchez como títere de ambos grupos

Precisamente, las políticas que dan el máximo protagonismo al Estado -como las socialistas y comunistas-, en contra de la iniciativa individual, atentan contra uno de esos principios, como es el del bien común. 

Y esto se ve claramente en Cuba, que sufre las consecuencias del comunismo, que lleva más de 60 años tiranizando la isla y sumiendo a los ciudadanos en la miseria, la pobreza, la represión y el terror. Primero se vio con los hermanos Castro (Fidel y Raúl) y desde hace unos años, también bajo la presidencia de Miguel Díaz-Canel. 

Una dictadura que se permite el cinismo de decir que en la isla “no hay mendigos”, sino personas “disfrazadas”, y que quienes buscan alimentos en la basura no son indigentes, sino “recuperadores de materia prima”. Lo hizo la ministra de Trabajo cubana Marta Elena Feitó:

Sin embargo, esas declaraciones escandalizaron hasta al propio dictador Miguel Díaz Canel, por lo que la ministra de Trabajo cubana Feitó tuvo que dimitir. “La renuncia fue aceptada a partir de la falta de objetividad y sensibilidad con que abordó temas que centran hoy la gestión política y gubernamental, enfocada en atender fenómenos reales y nunca deseados por nuestra sociedad”, afirmó una nota oficial emitida por la dictadura.

Y es que, en Cuba, casi el 90% de los hogares vive en la pobreza extrema, según un estudio del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.  

También Colombia padece en este momento la desgracia de contar con un Gobierno izquierdista, el de Gustavo Petro, otro ‘progre’ de los que hablábamos antes que encima no es capaz de velar por la seguridad de sus compatriotas. Porque, como recogió Hispanidad, el precandidato a la presidencia del país, el opositor Miguel Uribe, recibió un disparo en la cabeza del que todavía se recupera, aunque ha experimentado mejoría tras un mes en la UCI

Volvemos a México, donde habíamos comentado que gobierna la muy progre Claudia Sheinbaum. En ese país se produjo un ataque laicista y podríamos decir que blasfemo contra la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, que sufrió la proyección de mensajes pro-abortistas en su fachada, recoge  Aciprensa. 

El espectáculo, que fue organizado por el Gobierno de la capita azteca, fue rechazado por los responsables de la propia catedral, en un comunicado en el que lamentaron que se incluyeran “diversas leyendas e imágenes que hieren y lastiman profundamente la fe y los principios fundamentales que los católicos profesamos”.

“Independientemente de que, al existir la división entre libertad religiosa y políticas públicas, ambas protegidas por nuestra Constitución, se respeta la libre expresión de ideas teniendo como marco sus respectivos recintos y espacios, es censurable que, especificamente mensajes en contra de los principios católicos sean los que se proyectan en esta Santa Iglesia Catedral”, señaló el comunicado. 

Pero es que en el México gobernado por el partido ultraizquierdista Morena no es de extrañar que ocurran estas cosas.