Como dirían los más pequeños, la ya exvicepresidenta de Argentina sacó el 'dedo palabrota', dedicado a quienes le abucheaban a en la puerta del Congreso, tras la toma de posesión de Javier Milei. Es que, Cristina no tiene la templanza de Sánchez, aunque al presidente no le pasa lo mismo: siempre que él sale a la calle "recibe mucho cariño".

Y es que, la exvicepresidenta argentina ya estaba nerviosa durante el discurso de Milei y, claro está, no se pudo contener. Porque dentro del Congreso fue la responsable de hacer cumplir el juramento tanto a Milei como a su número dos, Victoria Villarruel. Un trago muy amargo, sin duda.