Ucrania fue invadida por Rusia el pasado 24 de febrero: así se inició un conflicto a las puertas de Europa
La guerra en Ucrania cumple este lunes 89 días. Tras clamar victoria en Mariúpol, en el sur de la región de Donetsk, Rusia prosigue su ofensiva para hacerse con el control de la totalidad de la región de Lugansk, donde avanza palmo a palmo pese a la encarnizada resistencia ucraniana.
La carretera que une a las provincias de Donetsk y Lugansk es una vía de suministros vital para las defensas ucranianas, por lo que Moscú intenta cortar el acceso para poder hacerse con el control total de la zona.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha hablado por videoconferencia ante el Foro de Davos. "Es un gran honor para mí estar aquí. (...) Este año, el punto de inflexión va más alla de una expresión, decidiremos si una fuerza bruta puede regir el mundo. Si fuera así, no tendría sentido tener esta reunión". "Las sanciones deben ser máximas y ejercer mucha presión, para que cualquier agresor que quiera ejercer la fuerza bruta contra su vecino sepa las consecuencias para su país (...) Debe haber un embargo de petróleo y bloquearse todos los bancos, sin excepciones". "Ucrania necesita todas las armas que estamos pidiendo, y financiación, al menos 5.000 millones de dólares al mes", ha pedido Zelenski.
“Es un ensayo para una guerra con la OTAN, pero va muy mal para Rusia
En ese contexto, La Razón ha recogido unas declaraciones de Alexei Fenenko, un destacado investigador ruso del Instituto de Estudios de Seguridad Internacional, al canal estatal Rusia-1: “Para nosotros, la guerra en Ucrania es un ensayo. Un ensayo para un posible conflicto mayor en el futuro. Probaremos y compararemos las armas de la OTAN con las nuestras, descubriremos en el campo de batalla cómo de fuertes son nuestras armas”.
“Esta puede ser una experiencia de aprendizaje para futuros conflictos”, añadió el experto, en declaraciones recogidas por el medio británico Mirror.
El profesor reconoció que el poder militar económico y convencional de la Unión Europea y la Alianza Atlántica es “varias veces mayor que el de Rusia”, y afirma que una escalada de la agresión rusa contra esos países “sería completamente ilógico”. “Es un ensayo para una guerra con la OTAN, pero va muy mal para Rusia”.