
Hace ahora cinco años, en marzo de 2020, Italia decretó el primer confinamiento por un virus llegado de China, una variante del Coronavirus, del que nada sabíamos y del que seguimos sin saber nada hoy en día.
Italia y España fueron los países europeos que decretaron un confinamiento más duro, realmente inhumano, cuya consecuencias psicológicas y económicas se arrastran hasta hoy y que, sobre todo, sentó las bases del totalitarismo moderno: el totalitarismo sanitario.
Si quieres que las personas libres se inclinen ante ti y hagan todo lo que tú quieras, incluso alabar al tirano, incúlcales el miedo a morir y serán tus esclavos. Por cierto, morirán igual y ni tan siquiera su salud mejorará, pero temblarán mientras vivan.

En definitiva, la lucha contra el Covid fue un desastre, uno más, del Sanchismo que Sánchez, otra vez, vendió como un éxito.
Lo cierto es que España encabezó las muertes por Covid en Europa y obtuvo medalla en el mundo, a pesar de que el Gobierno nos sometió al confinamiento más duro del continente, junto al italiano, que tampoco funcionó.
Las escenografías de Moncloa merecen un Oscar: así el relato es que Ayuso mató a los ancianitos madrileños mientras Sánchez salvó vidas de españoles, encerrándonos a todos. Fue entonces cuando se acabó la rebeldía en España
Además, las escenografías de Moncloa merecen un Oscar: así, el relato ha quedado en que Ayuso mató a los ancianitos madrileños mientras Sánchez salvó vidas de españoles... encerrándonos a todos.
Desde hace cinco años, nadie se rebela en España contra la injusticia. Es más, la asumimos con prontitud y hasta con entusiasmo.