
En el contexto del Caso Koldo -en el que el Tribunal Supremo investiga al exnúmero 2 del PSOE José Luis Ábalos y a su ayudante Koldo García-, el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha puesto de manifiesto los pagos en sobres con dinero en metálico que se manejaban en el PSOE, dinero en metálico al que los integrantes de la trama denominaban “chistorras” (billetes de 500 euros); a los de 200 euros como «soles» y a los de 100 euros como «lechugas».
En ese informe, la benemérita ha llegado a detectar "desembolsos" de 95.437 euros de Ábalos provenientes de "ingresos no declarados".
Este descubrimiento pone contra las cuerdas al PSOE, por presunta financiación ilegal. Pero es que, además, usar dinero en las cantidades que refiere la UCO en su informe -más de mil euros en muchas ocasiones- atenta directamente contra la política impuesta por el Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero de poner en los mil euros el límite de las operaciones en metálico, precisamente para poder controlar el movimiento del dinero.
Es más: ayer se conocía por El Confidencial que la trama Koldo empleaba un establecimiento comercial en Santesteban (Navarra) para cambiar "txistorras" de 500 € por billetes más pequeños.
Mientras que hoy The Objective informa de que Ábalos pagaba dinero en negro a la asistenta de su residencia oficial para comprar su silencio ante algunos de sus manejos corruptos, que habrían sido contemplados por ella...
En la última entrevista a Pedro Sánchez, en TVE, el presidente del Gobierno respondía: "Si usted me pregunta si hay financiación irregular del Partido Socialista, yo le digo que no la hay (…) Este partido, desde que yo soy secretario general de esta organización, hace dos auditorías. Una, la que legalmente nos obliga el Tribunal de Cuentas, y otra, una auditoría externa".
El problema, señor Sánchez, es que ese dinero opaco, en B, u oculto, escapa al control del Tribunal de Cuentas o de los auditores externos. Y eso, el Tribunal Supremo lo sabe, que para eso está formado por jueces que no son estúpidos, precisamente...
Esta mañana, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, opinaba que no hay "nada" en el informe de la UCO que apunte a financiación ilegal del PSOE. Mientras que el propio Koldo García aseguraba que la UCO ha elaborado un relato “sin pruebas reales” y basado en “conjeturas carentes de sustento contextual”.
Pues bien. Poco le importan al Supremo ese tipo de declaraciones y ante ese demoledor informe de la UCO, el alto Tribunal acaba de mover ficha: el magistrado instructor del caso, Leopoldo Puente, ha citado a declarar de nuevo al exministro José Luis Ábalos y a su exasesor, Koldo García, los próximos días 15 y 16 de octubre.
En cualquier caso, lo de las ‘chistorras’ y las ‘lechugas’ ha dado lugar al cachondeo general en España, porque, por salud mental, esto ya hay que tomárselo a pitorreo…
Y también conviene recordar la moción de censura contra el PP de Mariano Rajoy, allá por 2017, cuando el ponente Ábalos declaró, sin despeinarse: "Es una moción para sacar la corrupción de la política". No se puede tener más desvergüenza...
Ábalos durante la moción de censura a Rajoy: "Es una moción para defender la exigencia de ejemplaridad en la ética pública y para recuperar la normalidad sacando la corrupción de la política".
— Mon Bosch i Codina 🇪🇺 (@josepramonbosch) October 10, 2024
Ábalos, el fiel escudero de Pedro Sánchez y el más corrupto.
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Y permanezcan atentos a las pantallas, porque otro informe de la UCO acerca de las 'actividades' con las mascarillas de la pandemia del ministro Ángel Víctor Torres está a punto de ver la luz...









