En Hispanidad les hemos ido informando de las novedades del caso de supuesta corrupción del novio de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y de cómo la cacería contra la madrileña parece que sólo le favorece en las encuestas. 

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Merece la pena recordar que estos últimos días la batalla se ha reavivado tras el parón por Semana Santa y el secretario general del PSOE madrileño y portavoz de esta formación en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, anunció que el partido se presentará como acusación particular en el procedimiento abierto contra la pareja de la presidenta. 

Además, el miércoles se conocía que el novio de Ayuso ha interpuesto una querella contra la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez Fernández, y contra el fiscal de delitos económicos Julián Salto, por delito de revelación de secretos ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

En este contexto, Javier Mata, abogado y senior partner en Andersen y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid; y Alfonso Trallero, abogado penalista y socio director de la boutique penal que lleva su nombre, Trallero Abogados, han analizado en un debate de Economist & Jurist, moderado por el director general del grupo, Pablo Capel, las filtraciones de la Fiscalía sobre datos concretos de comunicaciones de un letrado en el marco de un proceso de conformidad en curso.

Mata afirma que debido a dichas filtraciones, existe el riesgo de que el procedimiento esté viciado: “Se puede haber contaminado el procedimiento que acaba de nacer, porque este tipo de filtraciones de un presunto reconocimiento de responsabilidad en aras a un objetivo muy claro, que es alcanzar una conformidad y no a otros, puede contaminar el procedimiento judicial”.

Un punto de vista que ha compartido Trallero, quien ha expuesto que las negociaciones para la conformidad son confidenciales, “precisamente porque el no alcanzar un eventual acuerdo de conformidad no puede ser, de ninguna manera, utilizado contra quien haya propuesto un reconocimiento de hechos. En este caso, ese objetivo de la confidencialidad ha sido manifiestamente lesionado por la filtración de esas negociaciones, y por tanto, la imparcialidad y la equidad que debe conllevar un proyecto de esas características”.

Los juristas aclaran que, aunque finalmente se dictara sentencia condenatoria en contra de la pareja de Ayuso, ésta no tendría responsabilidades aunque algunos pretendan lo contrario: “por suerte, en España las responsabilidades por el hecho propio, cada persona responde por los actos con significación penal que comete cada uno, no los que cometan nuestras personas afines por muy cercanas que sean. Un delito fiscal, como parece que se está manejando de una supuesta falsedad documental cometida en su caso por la pareja de la presidenta, no puede afectar a la señora Díaz Ayuso, pero ni aunque estuviesen casados y llevasen casados 30 años. Se le podrán preguntar muchas cosas, qué sabía y qué no sabía, pero responsabilidad jurídica no tiene ninguna”.

A ojos de ambos las filtraciones suponen la vulneración de una de las mayores garantías del derecho de defensa: la confidencialidad entre el abogado y el cliente: “Esto lo hemos hecho en defensa de la profesión. Esto que ha ocurrido no se puede volver a repetir, pero ya da igual que haya una vinculación con personalidades públicas o no, es que no puede ocurrir”.

Trallero ha destacado que la gravedad de estas filtraciones es que “daña el prestigio de la Fiscalía, de todos los servidores que en ella trabajan, que son respetuosos con nuestras leyes y con nuestros principios fundamentales”.

Pese a la opinión de la mayoría de expertos, desde Moncloa y su maquinaria de propaganda siguen intentando engordar el caso. Primero tenemos a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se encontraba en un acto de campaña para las elecciones vascas y comenzó a hablar del caso Ayuso, demostrando una vez más su doble rasero. Y es que Marisu llegó a pedir la dimisión de Ayuso porque "en política no se puede mentir".

 

Por otro lado, la SER ha filtrado una foto en la que el portavoz y mano derecha de Ayuso, Alfonso Serrano, toma un refresco en un bar atestado de gente con el novio de la Presidenta. El medio insistía en preguntarle, y Serrano contestaba: