El que fuera alto cargo ministerial tanto con el PSOE como con el PP, Eduardo Serra Rexach, publicaba en la página 3 de ABC, un artículo titulado "Paradojas electorales" donde apuesta por un Gobierno de coalición entre PSOE y PP para afrontar las duras reformas que la economía española va a acometer durante 2024 y para prescindir de una vez de la presión de los "orcos de Mordor": ERC, Junts, Bildu y PNV. Y, se supone, para dejar también a un lado, de una vez por todas, a los comunistas de Podemos, ahora reencarnados en Sumar, que ya nos han dado la legislatura.

Pero lo que está en salir no es un Gobierno de coalición que, en efecto, reduciría el pluralismo español sino lo que manejan gentes como Felipe González, José Bono, José María Aznar, Mariano Rajoy... y un señor que vive en Abu Dabi pero que, desde el desierto, parece más activo que su sucesor en activo.  

Se trata de firmar un acuerdo de legislatura que ningunee a comunistas y separatistas y detenga la deriva actual

Volvamos a Madrid. Digamos que Felipe González y José María Aznar han formado un entente para presionar a Feijóo y, sobre todo, a Pedro Sánchez, con el objetivo indisimulado, no de un gobierno de coalición, sino de algo más sencillo: que PP y PSOE lleguen a un acuerdo de investidura según el cual uno gobernaría dos años y el otro los dos siguientes. 

Incluso, a Sánchez se le permitiría mantenerse en Moncloa durante un bienio, periodo en el cual tendría lugar, no sólo las elecciones europeas (junio de 2024) sino también la ulterior elección del sustituto de Ursula Von der Leyen como presidente de la Comisión Europea, cargo al que aspira, precisamente, Pedro Sánchez.

Es igual: el presidente del Gobierno en funciones no quiere saber nada del PP. Exige que el Rey le nomine en primer lugar y cuanto antes y está dispuesto a conceder lo que pidan los Orcos de Mordor: Puigdemont, Rufián, Otegui y Ortúzar, lo que ya es conocido como la Banda de los cuatro o el 'Equipo I'. 

Equipo independentista

La obsesión de Sánchez choca con las cifras, dado que esta cuatro formaciones (ERC, Junts, Bildu y PNV) suman suman 1,5 millones de votos sobre 47 millones de españoles y un total de 25 escaños, frente a los 350 de la cámara. 

Ceuta, ensayo probeta, ya no marcará el camino: los socialistas ceutíes aseguran que ¡en aras del diálogo y la estabilidad! de Ceuta no pactarán con el PP de Juan José Vivas. Órdenes de Madrid

Es igual, Sánchez está dispuesto a cualquier tipo de cesión, con tal de no pactar con el PP. Prefiere pactar con el reverso tenebroso y concederle todo lo que le pidan. 

Le presionan desde todos los ángulos, sobre todo Felipe González y todos los barones del PSOE, mientras Aznar y Rajoy detienen las ansias de Feijóo, que aún sueña con formar Gobierno él solito.

En cualquier caso, Feijóo puede ceder a un pacto con el PSOE pero Sánchez no lo hará: quiere pactar con los suyos, comunistas e indepes, incluso a costa de lo que sea.

La pequeña ciudad autónoma de Ceuta ha dado buen ejemplo de las consignas de Ferraz. Al presidente, el progre de derechas Juan Jesús Vivas, propuso al PSOE ceutí formar un gobierno de mayoría entre los dos grandes partidos. Si había un lugar idóneo para ensayar un pacto de Gobierno entre los dos grandes partidos, dado la presión de los partidos musulmanes y el estúpido cinturón sanitario que tontamente Vivas ha establecido alrededor de Vox, ese lugar era Ceuta,

Pues bien en un lenguaje que rebela muy bien los conceptos cantinflescos y las soflamas de Ferraz, los socialistas ceutíes han asegurado que no pueden pactar con el PP porque, atención, "hemos demostrado nuestra apuesta por el diálogo y nuestro compromiso con la estabilidad de Ceuta"... razón por la cual ni dialogan con el PP ni forman con él el Gobierno más estable de la ciudad de Ceuta. Insisto: lenguaje y razonamientos cantinflescos.

Ojo, si PSOE y PP lo acuerdan se detendría la España rota, pero no la España roja, es decir, progre, porque el PP es, ante todo, progresista de derechas y un partido conservador dispuesto a conservar la revolución de Sánchez

Y a todo esto, ¿es bueno que el PSOE y el PP lleguen a un acuerdo para el Gobierno de España? En teoría, sí. Porque, ojo, aunque se consiguiese, y está difícil por la oposición montaraz de Pedro Sánchez, un acuerdo entre el PSOE y el PP, lo cierto es con ello se detendría la proyección de la España rota, pero no la de la España roja, más bien la España progre, que ha sido la seña de identidad del Sanchismo: aborto, eutanasia, feminismo radical, transexualidad, perversión de la infancia, y en general, una cristofobia rabiosa y en el caso español, guerracivilista. ¿Por qué? Pues porque el PP, no lo duden, es un partido conservador, es decir, que conservará la revolución de Sánchez.

Aún así, el presidente en funciones se niega a hablar con lo que llaman minoría involucionista, que dicho por el partido que ha perdido las elecciones, no está mal.