Ribera recupera la CNE para controlar más el sector energético, cargándose la independencia que se presupone a cualquier regulador / Foto: Pablo Moreno
Decíamos que Teresa Ribera recupera la Comisión Nacional de la Energía (CNE), al escindirla de la CNMC, pero el asunto tiene más enjundia de la que parece. Y es que al hacerlo, por mucho que diga que el movimiento está en la tónica de lo que hay en la mayoría de países europeos, se carga la independencia que se presupone a este nuevo regulador energético.
Ojo, tanto dentro de la CNMC como dentro de la CNMV se empieza a rumorear que el marido de la vicepresidenta ecológica, Mariano Bacigalupo, que pasó de consejero del regulador de la Competencia a serlo del regulador bursátil en septiembre de 2022, podría tener un cargo en la nueva CNE. No hay que olvidar que a este abogado y profesor titular de la UNED nacido en Buenos Aires le gusta tener un papel influyente en materia energía, como se ha visto recientemente con su participación en el 21º encuentro del sector energético organizado por el IESE y Deloitte, mientras Ribera estaba en la presentación de un libro; y como también se hizo patente hace nueve meses con la ruptura total entre Ignacio S. Galán y Ribera, con Bacigalupo intentando aumentar su influencia en el sector… a través de llamadas y de escritos, entre otros aspectos; y con la presencia de la vicepresidenta ecológica y su esposo en los XXXIII Premios de la Energía del Club Español de la Energía.
Volvamos a la recuperada CNE, que ya existió como regulador energético entre 1995 y 2013, cuando se creó la CNMC, y se integró dentro de la misma, como el resto de supervisores sectoriales que había. La CNE estará adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica. Al hilo de esto cabe recordar al primer presidente de la CNMC, José María Marín Quemada: estaba harto de que dijeran que el regulador de la Competencia dependía del Ministerio de Economía, porque un regulador estaba para no depender de nadie, aunque a él lo nombre el Gobierno. Asimismo, hay que tener en cuenta que un regulador está para que el Ejecutivo no abuse de las empresas privadas y también para que estas empresas privadas no abusen de las pequeñas y no ejerzan ningún monopolio.
La nueva CNE ejercerá sus funciones a través de un Consejo (formado por siete personas que tengan, al menos, cinco años de experiencia en ámbitos vinculados a los propios de ese regulador; entre ellas un vicepresidente y un presidente) con un mandato de seis años sin posibilidad de reelección. De estos dependerán la Secretaría General, la Secretaría del Consejo y tres direcciones de instrucción (la de Electricidad, la de Hidrocarburos y Nuevos combustibles, y la de Inspección).
Entre otras cosas, la CNE inspeccionará y sancionará; creará el Fondo para la Gestión Económica-Financiera de las Liquidaciones del Sector Eléctrico y del Sector del Gas (FGLSEG) para gestionar sus liquidaciones de peajes, cargos, cánones, precios y retribuciones reguladas; y supervisará tomas de participaciones en empresas energéticas
En la referencia del último Consejo de Ministros, se habla de “reinterpretar la figura del regulador energético para incrementar su especialización y ampliar su ámbito de actuación”y de que la recuperada CNE tendrá “naturaleza independiente”. Algo difícil de creer porque no sólo depende de Transición Ecológica (o sea, ahora de Ribera), sino que, por ejemplo, jugará su papel estableciendo la metodología de retribución de las redes eléctricas, incluyendo incentivos para las que tramiten rápidamente la conexión de nuevos puntos de recarga para coches eléctricos o sistemas de autoconsumo, así como penalizaciones para las que tengan plazos más dilatados. Esto afectará a Endesa, Iberdrola y EDP, entre otras energéticas. Asimismo, la CNE se encargará de supervisar y controlar los mercados de electricidad, de hidrocarburos líquidos, de gas natural, y de hidrógeno verde y de otros gases renovables. También se encargará de la inspección, la sanción, el arbitraje y la tramitación de reclamaciones; creará el Fondo para la Gestión Económica-Financiera de las Liquidaciones del Sector Eléctrico y del Sector del Gas (FGLSEG) para gestionar las liquidaciones de peajes, cargos, cánones, precios y retribuciones reguladas de ambos sectores; y supervisará tomas de participaciones en empresas del sector energético y ante las mismas hará una propuesta al Ministerio para la Transición Ecológica; y actuará como órgano consultivo en las materias de su ámbito de actuación.