Lo asombroso es que no nos asombremos de nada. Por ejemplo, que no nos asombremos de que el Gobierno presente en el Congreso una norma sobre prostitución donde se pretende abolir la prostitución y al mismo tiempo, se ensalza a la mujer que se prostituye.

La nueva normativa se rige por el falso principio de que la prostituta es una víctima.

Así, se persigue al proxeneta, con entre 2 y 6 años de cárcel si se promociona u obliga a prostituirse -poco me parece- y se persigue al cliente con hasta tres años de cárcel. A la prostituta nada, por supuesto, es un ser angelical que tiene todo el derecho a vender su cuerpo y a lucrase acostándose con todo hijo del vecino. Incluso chantajeándole, porque recuerden que ella siempre es víctima y él siempre verdugo.

Sumar, los socios del Gobierno, van más allá: defienden el muy digno trabajo sexual y persiguen al proxeneta y al cliente.

¿Cómo es posible que en un mismo 'trabajo' para el que se necesitan dos personas, la una sea loable y el otro perseguible? ¡Si están haciendo lo mismo! Es más, el uno lo hace a veces, la otra lo hace de modo permanente y como profesión.

¿Se puede conseguir abolir la prostitución? Supongo que no. Pero tampoco conseguiremos nunca abolir el robo y no por ello lo legalizamos

¿Hay que abolir la prostitución legalmente? Por supuesto que sí, cuando la legislación no se asienta sobre la justicia, opera en el vacío. Además, esta actividad 'profesional' supone una degradación personal y, por tanto, social, de muchos quilates, además de un montón de consecuencias ulteriores que no relato porque resultaría morboso y muy aburrido.

Se trata de ayudar a la coima a abandonar su 'oficio' no a blindarla en el oficio, que es lo que pretende el PSOE.

¿Se puede conseguir abolir el lenocinio? Supongo que no. Pero tampoco conseguiremos nunca abolir el robo y no por ello lo legalizamos.

Lo que hay que hacer es perseguir al proxeneta, vulgo chulo y ofrecerle a la prostituta un trabajo con el que rehacer su vida Y sí, es muy posible que en ese trabajo cobre menos. Pero no alabarla como una trabajadora del sexo con muchos derechos. La prostitución no da lugar a derecho alguno: como toda degradación, es sólo un infierno del que hay que huir, también cuando es actividad voluntaria.

En cualquier caso, el PSOE pretende que la prostituta es una víctima, sus socios comunistas y la llamada "mayoría de investidura", comunistas, separatistas y terroristas, opinan que es una profesional del sexo, incluso hablan de 'profesionales del amor'. Sí, la izquierda progre es cada día que pasa es más hortera.

Ambos, rojos y encarnados, santifican la prostitución y ambos castigan al cliente con hasta tres años de cárcel... y ninguna de las dos dice lo único que hay que promulgar: que vender el cuerpo por dinero no lo hacen ni los animales.