Madrid se ha convertido en un hervidero de rumores con algo parecido a un consenso sobre la inminente dimisión de Pedro Sánchez, acosado en diversos frentes, pero sobre todo por uno llamado Koldo. Pero no hay que hacer mucho caso, porque al presidente del Gobierno le va la marcha y porque el único puesto que aceptaría a cambio de abandonar La Moncloa es el de presidente de la Comisión Europea y sólo como último recurso.

Pero el caso Koldo crece por días. Esto parece la danza de los siete velos y ahora toca quitarse dos velos más: Begoña Gómez, la mujer del presidente y, Francina Armengol, tercera autoridad del Estado como presidenta del Congreso de los Diputados. La carrera ‘onegera’ de Begoña Gómez le ha traído connotaciones con empresas de la trama Koldo y, lo que probablemente sea más difícil, más duro, con el Reino de Marruecos, cuyo Jefe del Estado parece muy bien informado acerca de los secretos de Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, las nuevas revelaciones sobre Francina Armengol no se refieren exactamente a ella, sino a su pareja, Joan Nadal, un jardinero que ha experimentado un rutilante éxito como empresario. Tan rutilante que amasó una gran fortuna de la noche a la mañana con licencias inmobiliarias facilitadas por el Govern balear que presidía Francina y por Sa Nostra, la Caja de Ahorros de Mallorca que tuvo que ser absorbida por BMN (Banco Mare Nostrum), aquel ‘soberbio’ complejo de cuatro cajas de ahorros que finalmente tuvo que ser salvado por Bankia. 

Para no extendernos sobre la trayectoria de Nadal vamos con la última noticia surgida este mismo jueves: el Tribunal Supremo acaba de condenar al Govern balear a pagar 96 millones de euros al empresario alemán afincado en Mallorca, Matthias Kühn, (pareja de Norma Duval) por el conflicto que comenzara cuando Kühn demandó a Nadal por la desclasificación del carácter urbano de unos terrenos en la zona de Muleta del Puerto de Sóller, en Mallorca.

La verdad es que Francina Armengol no necesitaba la ‘aportación’ de su pareja, dado que su historial es, asimismo, espectacular, en otros sectores menos mercantiles, pero mucho más inmorales. Sobre todo, en relación a la red de explotación de menores tuteladas por la Administración balera, que lideraba la propia Armengol y que incluso provocó una investigación del Parlamento Europeo ante un caso tan escandaloso.

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Y en estas, surge el caso Koldo en el que Francina se vio investigada desde el primer día y su pareja Joan Nadal, se desvinculó de la sociedad instrumental con la que ha facturado 4,3 millones de euros, días antes de la detención de Koldo García.

Hasta ahora, Pedro Sánchez se había conformado con traicionar a su hombre de confianza, José Luis Ábalos, como cortafuegos. Luego empezaron a surgir las informaciones que apuntaban hacia su esposa, Begoña Gómez… y entonces, en Moncloa consideran que ya es imposible que el escándalo se circunscriba a un Ábalos dispuesto a vender cara su piel y a no comerse solito el pastel.

Así que, para salvar a Begoña necesita condenar nada menos que a la tercera autoridad de la nación. Algún bienintencionado podría pensar que esto le salpicará a él en esa línea ascendente que siempre siguen los escándalos. Ahí se equivocan: en el Olimpo no hay amigos.

Para salvar a Begoña, hay que sacrificar a Francina. Dimitir, jamás.