Está es Carmen Fúnez, retratada en un despacho de la agencia EFE, por sus comentarios sobre el proyectito de leyecita del abortito de Alberto Ruiz Gallardón (2011), en la etapa en que era ministro de Justicia con Mariano Rajoy. Gallardón pergeñó una ley que no era provida, timorata, acomplejada respeto a los aborteros. Aún así, Rajoy le defenestró por una norma que luego quedó en nada pero que podía hacerle parecer como católico -¡qué horror!) y que, mucho más coherente con sus tenebrosas convicciones, Irene Montero cambió en cuanto Sánchez le hizo ministra de Igualdad.

Pues bien los comentarios de la nuevo número 3 del PP, Carmen Fúnez, sobre dicha ley, en el momento de autos, le retratan a la perfección: según ella la víctima del aborto siempre es la mujer. Pues no, Señora Fúnez, la víctima de todo aborto es el niño.

Se lo explico de otra manera: Fúnez es una centro-reformista de tomo y lomo. Al igual que su jefe, Alberto Núñez Feijóo, se sitúa justo en el centro de la nada que, al parecer, es el signo de la derecha pepera.

Los españoles no votamos a favor de alguien sino contra alguien. Nos gustan las formas moderadas pero el fondo es radical, porque radical ha pasado a ser todo aquel que cree en algo, aunque ese algo sea una barbaridad. Nos gustan los líderes valientes, no los acomplejados

Y más. Este es Miguel Tellado, nuevo portavoz parlamentario del PP en sustitución de Cuca Gamarra, escandalizado por las pretensiones de Vox en Castilla León, atención, no porque el partido de Abascal pretendiera suprimir el aborto -ojalá- sino porque exigía que se informara bien, por ejemplo, con una ecografía, a la mujer que pretendiera matar a su propio hijo en sus mismas entrañas. Y además, el gallego Tellado amenazaba: espero que por esto no se rompa el Gobierno de Castilla-León, pero son lentejas, Abascal...

Tellado procede del nacionalismo progre gallego. Dicho esto, necesariamente tenía que hacer carrera en el progresismo derechoso de don Alberto.

Respecto a Cuca Gamarra, no hace falta decir mucho. Le conocemos bien por sus intervenciones en el Congreso, intervenciones que sólo pueden definirse así: no son malas pero tampoco son buenas. Con decirles que no ofenden al genio del narcisismo, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Cuca es una fiel representante de lo que nuestro amado líder de La Moncloa llamaría "mesura": justo la derecha que le gusta.

El PP vuelve al centro-reformismo y, como en su día Aznar y aún más Rajoy, el también acomplejado Feijóo se sitúa justo en el centro de la nada. Ha creado un equipo entusiasmado con cometer el mismo error que perpetró en la campaña electoral del 23 de julio, cuando el PP se revolvió contra Vox para presentarse ante el electorado como un partido moderado, sin darse cuenta de que el voto moderado no existe en España.

Los españoles no votamos a favor de alguien sino contra alguien. Nos gustan las formas moderadas pero el fondo es radical, porque radical ha pasado a ser todo aquel que cree en algo, aunque ese algo sea una barbaridad. Para el votante español, moderación y mediocridad empiezan por la misma letra. Nos gustan los líderes valientes, no los acomplejados.

Cuca Gamarra, Miguel Tellado y Carmen Fúnez: tres acuosos componen el nuevo equipo rector del PP opositor. Los tres están dispuestos a  repetir el error  del 23-J: marcar distancias con los 'ultras' de Vox. ¡Enhorabuena, Alberto!