Ya tenemos nuevo Gobierno, que podría cambiar en las próximas semanas si Nadia Calviño logra la tan ansiada Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esa es, precisamente, la gran chapuza, por no decir sinvergonzonería de Pedro Sánchez: mantener a la número dos del Ejecutivo pero sólo por si acaso fracasa su salto al BEI.

En otras palabras, la persona que va a negociar en Europa la vuelta a las reglas fiscales, el asunto más importante actualmente en el Continente y que afectará de manera importante a los españoles, podría dejar el Gobierno en las próximas semanas. Una chapuza que demuestra lo mucho que le importan a Sánchez el futuro de los contribuyentes del país que gobierna.

Lo que nos espera esta legislatura: más feminismo, más cambio climático… y más impuestos. El logro más significativo de Calviño ha sido disparar la deuda pública -cada mes bate el récord anterior- y sólo hay dos maneras que afrontar la situación a partir de ahora: reduciendo el gasto o aumentando los ingresos, o ambos al mismo tiempo. Aquí es donde entra en acción María Jesús Montero para aumentar los ingresos, es decir, para subir los impuestos.

Por cierto, si Nadia se marcha al BEI, su sucesor podría ser José Luis Escrivá -no se rían- nuevo ministro de Transformación Digital. Sería una buena ocasión para unir Economía y lo que sea eso de la transformación digital y reducir, aunque sea sólo en uno, el mastodóntico Ejecutivo.

Pedro Sánchez es un mentiroso, ya lo sabemos, por eso, cuando habla de reindustrializar España y se lo encarga a Jordi Hereu, sólo podemos concluir que en realidad lo que hará el ex alcalde de Barcelona -con él se disparó la okupación- y ex presidente de Hispasat será justo lo contrario, esto es, terminar lo que comenzaron Reyes Maroto y Héctor Gómez ‘el breve’: cargarse la ya débil industria española. A Hereu le salvará el turismo -Ministerio de Industria, Comercio y Turismo- a pesar de que es uno de los sectores económicos más ignorados por Sánchez.

Pierdan toda esperanza: los fondos Next Generation EU no servirán para reindustrializar, sino para repartir subvenciones, lo único que sabe hacer este Gobierno en el plano económico.

Durante su comparecencia institucional -sin preguntas-, el presidente habló de “diálogo como método”, esto es, diálogo con separatistas y proetarras que son los que encarnan, junto al PSOE, Sumar y Coalición Canaria -sí, también los canarios- los valores progresistas que se resumen en arriba las faldas y abajo los curas. Y mientras tanto, rompen España.

El gran damnificado es el PSC, con un único representante en el Gobierno -Hereu-, tras las salidas de Miquel Iceta y Raquel Sánchez. Y eso que fueron los socialistas catalanes, con sus 19 diputados, la investidura de Sánchez. Así les ha pagado el presidente.

Lo que no admite dudas es el feminismo de Sánchez. Ahora bien, es un feminismo al que le falta la Presidencia… que ostenta él. ¿Comprenden?