Entra en vigor la Ley de Memoria Democrática, la obra cumbre de Félix Bolaños que reescribe con falsedad la historia de España, sobre todo la de la II República, la guerra civil y el franquismo.

"A partir de ahora, nuestra democracia es más digna". exhaló el leguleyo Bolaños, convertido en mandamás ideológico del Sanchismo.

La ley de Félix Bolaños no distingue entre legalidad y legitimidad y con la excusa de condenar al franquismo prepara una campaña contra los católicos

De entrada, don Félix confunde legalidad y legitimidad. Legal es lo que se atiene a la ley, legítimo lo que se atiene a la justicia. Por eso lo legítimo es más discutible que lo legal y por eso una de las tareas más idiotas del hombre consiste en juzgar el pasado con criterios del presente: el franquismo era plenamente legal... como que se guiaba por las leyes que el propio Régimen había elaborado. Otra cosa es que muchos lo consideren un Régimen ilegítimo. Pero con criterios de hoy... y por las mismas razones que podrían considerar ilegítimo al godo Chindasvinto, al emperador Trajano, a don Pelayo, a Abderramán III o al general Espartero.

En plata: declarar ilegal al Franquismo es una chorrada.

Ahora bien, el peligro de esta enmienda total a la historia de España es que, encima, es falsa. La Ley de Memoria Democrática está basada en la gran mentira de que los republicanos eran seres arcangélicos mientras quienes se rebelaron contra ellos eran unos matones sedientos de sangre.

Se ve que Bolaños, al que le viene grande el cargo de ministro y hasta el de bedel, pretende ganar la guerra que sus abuelos perdieron en 1939.

La Iglesia española pagará muy caro haber abandonado a los benedictinos del Valle de los Caídos. No se está destruyendo un símbolo franquista, se está profanando un templo y una cruz. Tan sólo será la primera de las profanaciones

Y, sobre todo, la Ley de Memoria Democrática resucita el guerracivilismo y convierte al franquismo en ilegal pero con ello... también arrastra el cristianismo hacia la ilegalidad y la sanción social. Todo el mundo sabe que Franco no hubiera ganado la guerra de 1936-1939 si los socialistas, comunistas y anarquistas, no se hubieran dedicado a asesinar católicos y a profanar templos. Eran gente diversa pero con un nexo común: su odio salvaje hacia la fe cristiana. O sea lo mismo que ahora define al sanchismo, formado por socialistas, comunistas y separatistas, sólo unidos por su común cristofobia. Lo de la II República era cristianofobia y cristianofobia, en altísimo grado.

Así que no lo duden: en este memorial de la cristofóbica II República, con la excusa de condenar al franquismo, se prepara una campaña contra los católicos.

Vamos ahora con el símbolo máximo de la ley que ha entrado en vigor: Cuelgamuros. Aquí sólo decir que la Iglesia española pagará muy caro haber abandonado a los benedictinos del Valle de los Caídos. Porque no se está destruyendo un símbolo franquista, se está profanando un templo, además de la cruz más grande del mundo. Será solo la primera de una serie de profanaciones encadenas... avalada por la ley. Se admiten apuestas.

Y claro, cuando callas la primera vez...