A bodas me convidan, pensó Claudia Sheinbaum cuando el pinchauvas de José Manuel Albares dijo que "hubo injusticia (en la llegada de los españoles a México): "justo es reconocerlo y lamentarlo". 

Minutos más que horas, tardó la muy señora presidente de la República de México en asegurar su contento ante la humillación mentirosa de nuestro chisgarabís. Por fin, un español tonto le daba la razón, mintiendo, a los chiquilicuatres Sheinbaum y AMLO.  

¿Quién nos librará de Albares? Regaló Gibraltar a los ingleses, impulsó el proceso 'woke' de descristianización de Europa, alienta la islamización de España y, en América, nuestra gran obra histórica, se apunta al indigenismo homicida

Sólo por colocar las cosas en su sitio: Las mujeres eran, para Moctezuma, putas para su harén, sacadas de sus hogares a la fuerza y cuyos nombres ni conocía. Además, era un asesino en serie, indigenista avanzado que adoraba los sacrificios humanos, con especial delectación en sacarle el corazón a sus prisioneros en vivo... en vivo, antes de sacarles el corazón, se entiende, dado que, de inmediato, la víctima tenía el mal gusto de morirse de inmediato. Además, los aztecas, aquellos maravillosos pueblos de la Arcadia mexicana eran una eficaces promotores del canibalismo. Pura cultura indígena, puro religión indigenista... muy relacionada con la lucha contra el cambio climático, mismamente. Por contra, Hernán Cortés, el que liberó a los indios, es el malo de la película, un fascista español que provocó mucho dolor en aquel democrático país del siglo XVI.

A día de hoy, siglo XXI, creo, México, el país hispanohablante más poblado del mundo, está gobernado por una bruja indigenista, en un territorio donde la vida apenas tiene valor. Bueno, la de Claudia Sheinbaum y la de los mafiosos privados, sí. Eso sí, doña Claudia inauguró su mandato presidencial con una ceremonia en la que una bruja india ponía en escena la satáncia danza del fuego, danza en la que no dudó en participar doña Claudia, que de pequeña quería ser bailarina de ballet.

España debe reevangelizar América. Necesitamos otro Hernán Cortés 

¿Quién nos librará a los españoles de Manolito Albares? Regaló Gibraltar a los ingleses en el momento en que España podía haber recuperado la soberanía del Peñón y lo calificó de acuerdo histórico con Reino Unido. Las carcajadas todavía se escuchan en el Foreign Office sobre el tuercebotas hispano. 

El carrerón de nuestro pavoroso canciller no tiene límites: impulsó el proceso 'woke' de descristianización de Europa, alienta la islamización de España, cada día más acelerada y prepotente. En América, nuestra gran obra histórica, se apunta al indigenismo homicida. Este chico es un mina.

Lo más importante: su charla del viernes, con motivo de la presentación de una exposición, muy artística, para enaltecer a aztecas, mayas y compañía, aquellos pueblo bárbaros civilizados y liberados por los españoles, y visto a la idiocia a la que hemos llegado... es hora de plantearse una nueva evangelización de América. Claro a que a lo mejor antes, hay que re-evangelizar España. Y también necesitaremos de nuevos Hernán Cortés. 

José Manuel Albares, el tonto más útil de toda la Hispanidad.