Una cosa es ganar las elecciones y otra bien distinta, lograr los apoyos suficientes para formar gobierno. Sánchez no ganará las generales de noviembre de 2023, según todos los sondeos privados, pero sí logrará los apoyos suficientes para prolongar su residencia en La Moncloa al menos otros cuatro años más.

No lo decimos nosotros, sino los grandes empresarios españoles, que trabajan con ese escenario: tenemos Sanchismo para rato aunque en los comicios autonómicos y municipales de mayo el PP salga reforzado. El ‘efecto Feijóo’ se ha diluido y el gallego no alcanzará la mayoría absoluta, ni con Vox ni mucho menos en solitario.

Los empresarios no sólo lo creen así, que ya sería mucho, sino que incluso trabajan con ese escenario, como hemos dicho antes. El impuestazo a bancos y eléctricas es un ejemplo muy ilustrativo de lo que está sucediendo. La tasa saldrá adelante este jueves en el Congreso sin que banqueros y eléctricos levanten la voz más allá de lo que lo hicieron cuando el presidente lo anunció en julio.

En otras palabras, no se enfrentan y no rompen con el gobierno, aunque dicte medidas arbitrarias como esta, porque están convencidos de que seguirá, al menos, otros cuatro años más. ¿El impuesto? Ya lo han descontado y han buscado vías para recuperar ese dinero. Por cierto, con lo que cuesta suprimir un impuesto, nadie se cree que vaya a estar en vigor solo dos años.

Lo que ha quedado en evidencia durante todo este tiempo es la falta de liderazgo entre el gran empresariado de nuestro país. Desde la época de César Alierta y Emilio Botín -¿recuerdan el CEC?- la gran empresa española no ha tenido un líder e interlocutor claro con el Gobierno. Ni Ana Botín, a quien no admiten, ni Ignacio Galán, a quien lo único que le mueve es seguir ganando dinero expandiendo Iberdrola por el planeta.

¿Y Garamendi? El reelegido presidente de la CEOE siempre contó con el apoyo de las grandes empresas -fue la victoria de las grandes frente a las pymes- pero eso no implica que le consideren su líder y mucho menos su interlocutor con Moncloa.

En definitiva, el gran empresariado español cuenta con que Sánchez repetirá legislatura y, por tanto, hay que llevarse bien con él. Y si nos mean decimos que llueve.

En cualquier caso, los grandes empresarios consideran que Sánchez puede ganar las próximas elecciones y prefieren no irritarle... ¡en plena radicalización sociopodemita! Afortunadamente para el PP, la gran empresa española no tiene líder: ya no están ni Emilio Botín ni César Alierta. Inditex y Mercadona no quieren salir de su sitio e Ignacio Galán levanta ampollas entre sus pares.