Las saunas sexuales del suegro de Pedro Sánchez, Sabiniano Gómez (el padre de Begoña Gómez, ya fallecido), saltaron la semana pasada al primer plano de la actualidad tras la alusión que hizo a ellas el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un debate en el Congreso: "Ha tenido usted el cuajo de compararse conmigo. Oiga, ¿pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución y ahora quiere usted ilegalizar su biografía. Allá usted, señoría".

Telemadrid emitió ayer, en el programa 'El análisis: Diario de la Noche', una entrevista con un extrabajador de las saunas de Sabiniano Gómez. 

Este extrabajador contó que en esas saunas “había prostitución encubierta”. “Era un sitio de intercambio, pero había prostitución encubierta”.

En cuanto al manejo del dinero en esos locales, afirma que "el movimiento más raro que había eran clientes que iban a pagar con tarjeta y eran pagos grandes… muchas veces les decían que se había estropeado el datáfono”, con la idea de sortear registros electrónicos y forzar que “los pagos fuesen en negro”. Además, "los servicios no se marcaban en caja, sino que se apuntaban en una libreta". 

"Ha habido gente que les han despedido y no han cobrado". Añadió que que “allí nada más que tenían nómina los encargados”.

Por su parte, OK Diario publica hoy el testimonio de otro exempleado (no sabemos si es el mismo que entrevistó Telemadrid) de las saunas sexuales de Sabiniano Gómez -en este caso las saunas gays- quien asegura que lo que ocurría allí dentro "era prostitución. Totalmente, se ejercía ahí mismo y yo no tengo constancia de que hubiera arriba habitaciones en el edificio ni nada de eso… en la propia sauna era donde se practicaba el sexo y ahí hacías lo que tú habías pactado con el cliente".

«Tú entrabas, te daban tu toalla, te daban el número de pie de la chancla, porque dentro te tienes que quedar en bolas, con la toalla atada a la cintura y con unas chanclas que te dan ellos». «Tú te ponías ahí en el pasillo, si un cliente quería algo contigo, entraba en la cabina que estaba a tu lado y ya está, ahí se efectuaba el trabajo, él te daba el dinero y ya está», añade. 

Este empleado llega a asegurar, en estas declaraciones a Ok diario: «Había ahí mucho menor de edad porque era un reclamo». Y añade: «A mí me dejaban vivir allí a cambio de atraer clientes que les gustaban los chicos menores de edad y a la sauna le iba bien porque yo estaba ahí todo el día, como reclamo».