No van desencaminados los medios informativos más relevantes -sí, que los medios del lobby acierten es noticia en España- cuando hablan de que lo más significativo del nuevo gobierno es que el titular de Presidencia y Relaciones con las Cortes, don Félix Bolaños García, más conocido como "el bolas" y ahora "el negociador", se convierte, además, en ministro de Justicia, en sustitución de la muy leal, pero sin el entusiasmo debido, Pilar Llop.

Con todo el paisanaje jurídico sublevado, este es el titular ideal para Justicia y, sobre todo, es el hombre fuerte en un Gobierno absolutamente carente de principios pero fidelísimo al principio inmutable del mantenimiento de su poder y al bienamado líder que lo encarna.

El miedo de Felipe VI le ha impedido cumplir el mandato de Chesterton: "en materia de moral -y el Sanchismo es un problema moral- apelad al pueblo". Esto es lo que tenía que haber hecho Felipe VI: apelad al pueblo... para echar a Sánchez

Bueno, líder más temido que amado pero, en política, amor y temor vienen a ser la misma cosa.

Porque este es el Gobierno del "todo vale", y para Félix, astuto negociador, todo vale si te mantienes en el sillón de mando. ¿Que necesitas los votos de los indepes? Pues les prometes la independencia y consigues sus votos.

El Bolas es la viva imagen de la impunidad sanchista, justo lo que necesitaba don Pedro. Por eso, le ha convertido en el hombre fuerte para el Ejecutivo de las dos Españas, el de nuestro amado líder. Y esto sin necesidad alguna de ser investido vicepresidente. Un detalle: sus compañeras femeninas, como tales expertas en el trato personal, no soportan al 'bolas', ninguna de las cuatro vicepresidentas, a quienes jamás reporta el negociador, aunque son sus superioras, y con quienes no colabora. Tampoco le soportan sus compañeras de Gabinete, por ejemplo Pilar Alegría, pero prefieren no enfrentarse a él.

A todo esto, reconozco que he despreciado a Pedro Sánchez. Como feministo que es, le tomé por tonto. No, ahora, con el ascenso de 'el bolas' comprendo que el presidente feministo, que presenta a sus ministros como un gobierno  'feminista', es un tipo listo: a las mujeres las nombra vicepresidentas pero el continúa de presidente -y que yo sepa, Sánchez es varón- y encima las somete a otro varón, un verdadero carnicero, como es El Bolas, responsable de todo el trabajo sucio, que no puede ni debe ejecutar nuestro amado líder. Bolaños manda más que Calviño, Díaz, Ribera y Montero, más que todas ellas juntas. Muy feminista, don Pedro.

Por lo demás, este es el gobierno, también, de la ruina económica, con ese desastre llamado Nadia Calviño de cuerpo presente pero pendiente de su nombramiento en Europa... y con el ingenuo Escrivá de reserva. Desde luego, Nadia no está dispuesta a realizar el ajuste económico al que estamos abocados. Prefiere verlo desde Europa, como presidenta del BEI o como comisaria bruselina.

Al final, va a tener razón Isabel Díaz Ayuso: se nos ha colado una dictadura por la puerta de atrás... pero, y esto no es de Ayuso, se nos ha colado por el guerracivilismo del pueblo español y por la indolencia de un Rey apocado que no  cumple el mandato de Chesterton: en materia de moral -y el Sanchismo es un problema de moral- apelad al pueblo.

La resistencia del Partido Popular no tendrá ningún éxito, porque no cae en la cuenta de que lo único que cohesiona al Sanchismo es su cristofobia... y Feijóo es un ateo de derechas

Esto es lo que tenia que haber hecho Felipe VI: apelad al pueblo, para echar a Sánchez... que lo de la "mayoría social" del Sanchismo sólo se lo creen los muy, muy tontos.

y no lo duden: la tiranía de Sánchez sólo se combate con buen humor y a la espera de que el mal se destruya a sí mismo, presa de sus propias contradicciones... como siempre. Con odio no, doña Mónica García, con mucho pitorreo: de médico-madre (MEMA) a médico- madre-ministra (MEMAMÍ), ha sido la trayectoria de la flamante nueva ministra de Sanidad.

Por cierto, la resistencia del Partido Popular no tendrá ningún éxito, porque no cae en la cuenta de que lo único que cohesiona al Sanchismo es su cristofobia... y Núñez Feijóo no es más que un pobre ateo de derechas.

Lo tuvo todo al alcance de sus mano durante la primeras semanas de julio, no por méritos propios sino porque hasta los más lerdos empezaron a asustarse con el verdadero rostro de Sánchez. Pero entonces, a don Alberto le dio por atacar a Vox, que, a pesar de su actual crisis de identidad, continúa siendo un partido cristiano, es decir, un partido del sentido común- Así, Feijóo, en la recta final para el 23-J, perdió las elecciones. Por cierto, ahora, en noviembre, parece seguir marcando distancias con Vox: es justo ahí donde Sánchez le quiere.