Consejo de Ministros del martes 6, en precampaña electoral. Salen a escena la no alistada, Nadia Calviño, junto a Isabel Rodríguez, cada día más previsible, y de Félix Bolaños, 'el Bolas', a quien le han dicho que la agresividad está bien pero en pequeña dosis.

Adición, anexo, adenda de los fondos europeos, los famosos 'next generation', la gran obra de Sánchez. No está mal: la presentamos antes de las elecciones y si luego Núñez Feijóo gana no podrá disponer de ese dinero salvo para aquello que Sánchez ya haya inducido previamente. Naturalmente, en medio de constantes llamadas al diálogo, Sánchez se ha preocupado de decidir a qué dedican los fondos europeos.  

A ver si nos entendemos: ni los 70.000 millones de fondos ni los 70.000 millones de créditos son gratis. Los créditos por razones obvias, se devuelven con intereses, los fondos porque salen del presupuesto comunitarios que pagamos a escote todos los países miembros.

Es cierto que España ha recibido más fondos proporcionalmente a sus presupuestos que otros países, pero contemplar esos fondos como un maná es sólo para tontos.

Luego está el cómo se empleen. Ahí entran de nuevo las mentiras de este Gobierno. Como miente más que habla, no podemos saber si tiene razón Sánchez cuando asegura que la diligencia de nuestro país supera a todos los demás o si tienen razón las autoridades europeas cuando acusan a España de no rendir cuentas sobre los fondos recibidos ni de en qué los emplea. Pero, en cualquier caso, no hablamos sino de un crédito o, en el mejor de los casos, de un fondo común: a escote.