El gobierno español insiste en que no se han autorizado nuevas exportaciones letales desde octubre de 2023 y que las compras se limitan a reparaciones o contratos previos. Lo ha asegurado Pilar Alegría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: "se están estudiando los efectos de cancelación (de contratos de defensa con Israel) aquí el objetivo está claro, y así lo explicaba la secretaria de estado y es de una desconexión total de la tecnología israelí". Por su parte Margarita Robles afirmó que España solo contrató "arreglos de piezas aeronáuticas" en el último año, mientras que Comercio asegura que el material exportado es "no letal" o para terceros países.

Sin embargo, en la página web del Ministerio de Economía en la que se recogen los datos de importación y exportación de bienes de España al resto del mundo se certifica que esto no es cierto. Al menos hasta abril de este año se estuvo importando material bélico de Israel por valor de varios millones de dólares. El último de los contratos que aparece de marzo sería la importación de bombas de mano para uso del ejército.

Dejando a un lado, las explicaciones de ambas ministras, ¿cuáles son las consecuencias de la ruptura con Israel? Pues, por ejemplo, que la Guardia Civil tiene que utilizar menos munición en las prácticas de tiro que realiza... porque la nueva partida no llegará hasta el primer trimestre de 2027. Imagínense el escenario actual, con la criminalidad en aumento -mientras Marlaska se afana en asegurar que España es de los países más seguros del mundo- y los agentes de las Fuerzas y Seguridad del Estado teniendo que racionar su munición. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!