Nueva entrega de: 'No es magia, son tus impuestos'. Y decimos entrega porque día tras día vemos noticias con las que se demuestra que nuestras cargas fiscales van para sanidad y educación, mismamente. 

En la entrega de hoy nos vamos hasta el Congreso, el templo de la palabra y la soberanía, que alcanzó su pico máximo de democracia, progresismo e igualdad cuando instaló los pinganillos para que los diputados pudieran hablar en catalán, vasco o gallego, algo completamente necesario, como todo el mundo sabe. 

Para continuar con la senda de la idiotización, los chicos de Francina han abierto una nueva licitación pública valorada en 2.159.950,65 euros para renovar su sistema audiovisual y crear un mecanismo de subtitulado automático en directo. 

Recordemos, que nunca está de más, que este progresismo que ya costó dinero por los pinganillos y a lo que hay que sumar dos millones más, fue una exigencia de ERC y Junts, por la que Sánchez plegó para asegurar que la socialista Francina Armengol fuera presidenta del Congreso.

Según publica el Boletín Oficial del Estado, el contrato contempla la actualización del sistema de catalogación de vídeo, de los servidores audiovisuales y del almacenamiento del Centro de Producción de Televisión del Congreso, además de la adquisición e instalación del sistema de subtitulado automático.

En el texto se señala que el subtitulado tiene que ofrecer un modo monolingüe y otro multilingüe, este último con la posibilidad de selecionar varios idiomas en pantalla a la vez, pudiéndoles asignar colores diferentes y tendrán que estar disponibles en castellano, euskera, catalán, gallego e inglés, con un sistema que permita cambiar el idioma de forma inmediata desde la interfaz.

Cuando se instale el Congreso será más plural, democrático y progresista, y Juan Español habrá pagado 2 millones de euros, de sus impuestos, pero será más feliz, porque podrá escuchar, por ejemplo, a Rufián en catalán con subtítulos en inglés.