Friedrich Merz asegura que el Estado del Bienestar en Alemania tal y como funciona hoy, es inviable. En sentido teutón eso significa que un equipo de cabezas de huevo ya está preparando los recortes. 

En Francia el primer ministro François Bayrou se juega el cargo por algo parecido: recortes del gasto público. Por de pronto, moción de confianza. Y ya veremos si sobrevive. Es igual, el monarca francés, que san Luis de Francia sino Emmanuel Macron, que buscará otro jefe del Gobierno y a correr.

A medida que se privatiza la economía crece la meritocracia y se reduce el número de listillos que viven del dinero público

Ahora bien, mientas las dos principales economías europeas se disponen a acabar con un Estado del Bienestar que se inició poco después de que terminara la II Guerra Mundial, en la España de Pedro Sánchez, ocurre justo lo contrario. Una economía como la española, más débil que la de Francia y Alemania, mantiene el relato opuesto. Esa misma mañana, el ministro Félix Bolaños, después de explicarnos que somos la envidia de Europa, nos explicó que la clave de nuestra política económica es el sector público. No cabe duda o se equivocan Merz, Macron y toda Europa... o se equivoca Sánchez.

En cualquier caso, en toda Europa se acabaron los días de ensueño y vuelve, sin necesidad crisis financiera, como ocurrió en 2008, la imperativa reducción del Estado del Bienestar. Encima, la reducción no puede ser leve, dado que hay un gasto que está llamado, no ya a reducirse, sino a dispararse: el gasto militar.

La reducción del Estado del Bienestar en Europa no puede ser leve, dado que hay un gasto que está llamado, no ya a reducirse, sino a dispararse: el gasto militar

Y ahí estamos: a los gobiernos alemán y francés arrostrando la impopularidad de un recorte del gasto, Sánchez, cuya economía es la mejor de todas las europeas, ofrece más subvenciones públicas.

La reducción del gasto público es inaplazable en toda Europa. No es agradable pero puede conllevar dos consecuencias positivas: es posible plantearse la reducción de impuestos y, algo aún más importante: a medida que se privatiza la economía crece la meritocracia y se reduce el número de listillos que viven del dinero de los demás, también llamado dinero público. Es decir, la reducción del Estado del Bienestar supone un protagonismo del sector privado y de la propiedad privada. Es decir, aumenta la meritocracia y se reducen los 'aprovechateguis'.