Hoy nos hemos enterado:
las dos Españas de Machado,
se han convertido en tres,
según Rufián, el diputado.
La España de los ‘hunos’,
la España de los otros,
y la de los que están alucinados.
 
La de los ‘hunos’ que, como Atila,
convierten en tierra quemada,
la tierra que ahora gobiernan,
y que como su caballo, pisan.
Han devenido en progresistas,
y únicamente se avergüenzan,
de llamarse socialistas o comunistas.
 
Luego están la de los otros,
donde se encuentra el que acusa,
con un morro que se lo pisa,
pues representa a los separatistas,
que romper España pretenden,
al no poder vivir con el trauma,
desde el braguetazo a Petronila.
 
Y así, a la tercera llegamos.
Es la de los alucinados, aquella
de las tres partes de España,
que siendo la más multitudinaria,
a más de dos, representa ella.
Es la que pone el trabajo,
su sudor, sangre, y crea riqueza.
 
La que pone el dolor y los muertos,
en la guerra y en la pandemia.
La de los aplausos a quienes,
por ellos, la vida día a día se juegan.
La misma, que bate las cacerolas
contra los que con su vida juegan,
y a la muerte y la ruinan, les llevan.
Y, ¡alucinados, inermes contemplan!