Ocurrió ya en 2021. La Autoridad Fiscal de Supervisión Financiera (BaFin) sancionó a N26 con 4,25 millones de euros por la tardanza en comunicar datos sobre operaciones sospechosas, término por el que hay que entender dinero negro o dinero procedente de actividades ilícitas, como el narcotráfico. Luego aceptó las medias de control que la entidad prometió poner en funciomiento pero le sigue manteniendo bajo vigilancia... y aprovechó para vigilar a otros bancos digitales... al igual que ocurre con otros reguladores.
N26 es un banco digital también conocido como neobanco y, hasta que no se sedimente la nomenclatura, incluso como Fintech.
Como todo lo digital, los neobancos son incontrolables, porque las personas no se relacionan con personas sino con pantallas
La multa a N26 reabrió los miedos: a ver si va a resultar que la banca digital se convierte en un refugio de dinero negro, el mismo miedo, me temo que hecho realidad, que ha surgido con el bitcoin y las criptomonedas.
Porque la digitalización es maravillosa pero incontrolable. Nadie se responsabiliza de las criptomonedas. De los neobancos, los reguladores, pero es que, aunque se responsabilicen los reguladores de los bancos digitales, la verdad es que, por su propia naturaleza y forma de producción, los neobancos y las fintech resultan bastante incontrolables.
Como todo lo digital, donde las personas no se relacionan con personas sino con pantallas.