Si Pablo Casado se convierte en presidente de España no será porque haya ganado el PP sino por que ha perdido el Sanchismo, un fenómeno que no tiene ideología sino egolatría, que sí tiene ideas, todas ellas resumidas en la ideología de género, más las tontunas de Greta Tumberg y no tiene soluciones pero tampoco abuela.

Alberto Núñez Feijóo, presidente gallego y yerno delfín del PP, es el perro del hortelano. El relato: Pablo Casado asegura que en la guerra civil se enfrentaron quienes querían democracia sin ley y los que querían ley sin democracia. La frase resulta aparente, pero ya el catedrático de Historia de la Universidad de Alcalá, Javier Paredes, le puso en su sitio Venga ya, Pablo: la II República sería todo lo democrática que quieran pero se dedicaron a asesinar a cristianos, en la mayor persecución por razón de fe de todo el siglo XX. Si los asesinos de la muy democrática II República hubieran dejado en paz a los cristianos, que tenemos todo el derecho a serlo porque nos da la gana, Franco no hubiera ganado la guerra ni en 30 años.

Pero a Feijóo no le basta la mentira de Pablo por dos razones:

1.Por molestar.

2.Porque no puede permitir que nadie sea más progre que él. De hecho, si Feijóo no se pasa al PSOE es porque piensa que con la bandera azul puede ganar las elecciones, no con la roja.

Y entonces es cuando suelta aquello de que la guerra civil fue un golpe de Estado, ¡Qué astuto! Pues claro que fue un golpe de Estado de Mola y Franco, principalmente. El problema es saber por qué ese golpe de Estado triunfó y también si era moralmente aceptable o no. Yo pienso que sí lo era, porque si yo, católico, hubiera tenido 20 años en 1936, cuando por el hecho de entrar en una iglesia te podían torturar y asesinar, evidentemente me hubiera ido con Franco más que nada para salvar mi vida. La izquierda no acepta esto pero lo que sorprende es que no lo acepte la derecha. Por ejemplo, no lo acepta Feijóo y entonces recurre a la tautología.

El PP de Casado, justo ahora que las encuestas empiezan a darle ganador, vuelve ser el centro de la nada: sin ideología, sin ideas, sin soluciones… y con muchos prejuicios y demasiados miedos.