Tiempos ya pasados, lejanos,
que en la memoria permanecen
indelebles, y con la edad, los años,
a la mente y corazón vuelven.
Tierra que nacer me vio, inviernos
de infancia que en mí todavía viven,
veranos que adolescente disfruté,
y en la lejanía, siempre añoré.
*
Paseo que antes inmenso creía,
se antoja ahora, corto, pequeño.
El Teleno, en día claro, se divisa
donde se juntan la tierra y el cielo.
Nieve en la cumbre al rayar el día,
laderas inmensas llenas de brezo,
a subirlas vuelven mis recuerdos,
al no poder hacerlo mis deseos.
*
Broncíneas figuras maragatas.
Cada una en la mano su mazo,
la Colasa y Juan Zancadas,
del reloj, las horas van marcando,
golpeando con fuerza, las campanas
que mis oídos, siguen escuchando,
con alma y corazón, dulces sonidos
al nacer a ésta vida, percibidos.
*
Se yergue, como sacado de un cuento
de hadas y de princesas, encantado;
que para una dignidad en su momento
fue construido, más nunca habitado.
Vírgenes, santos y algún documento,
de historia llenos, de enamorados
que humildes ante ellos se postraron,
que otros vendieron o despreciaron.
*
Alzado por enamorado genio,
de torres cónicas, y picudas;
Catedral cercana, con su atrio.
Ahora, es museo de figuras,
que llenan tan original palacio,
de quien viste moradas vestiduras,
por él considerado muy mundano,
para habitarlo como cristiano.
*
Alma y corazón de maragato,
aunque me apartase la distancia,
nunca dejé, ni dejaré de serlo.
Ya que el tiempo y esa distancia,
y vivir otras tierras, otros sueños,
no borraron aquellas estancias,
ni los sueños, ni la vida, que viví
en tierra maragata, donde nací.
Alzado por enamorado genio,
de torres cónicas, y picudas;
Catedral cercana, con su atrio.
Ahora, es museo de figuras,
que llenan tan original palacio,
de quien viste moradas vestiduras,
por él considerado muy mundano,
para habitarlo como cristiano.
*
Alma y corazón de maragato,
aunque me apartase la distancia,
nunca dejé, ni dejaré de serlo.
Ya que el tiempo y esa distancia,
y vivir otras tierras, otros sueños,
no borraron aquellas estancias,
ni los sueños, ni la vida, que viví
en tierra maragata, donde nací.