
Uno de los mayores dones a la humanidad,
fue hablar la misma lengua, idioma,
o como lo queramos llamar,
que la hizo fuerte, al entendernos en la unidad.
Más, fue su idiocia de soberbia contenida,
la que le llevó a perder tal don,
por no conformarse con ser imagen
y semejanza, de aquel que nos creó.
Y así en Babel, quisieron asaltar el cielo
recibiendo, en cruel castigo, que la lengua
en diversas deviniera; creando confusión,
terminando con su obra, implantando división.
Y ahora un iletrado, indocto, inculto;
llama ignorantes, dándoselas de culto,
a los que sólo el idioma de su nación saben,
y no hablamos del que ni hablar bien, él sabe;
proveniente de una región, aldea de la Nación
Constituida, que de condado no pasó.
Sus reyes fueron primero los de Aragón,
y después los de España, y por ello españoles son.
Y el idioma que en España se habla,
no es el castellano, de quien procede, es el Español.
Denominémoslo así, y acabemos con la confusión.