A "un tal Sánchez"
 
Cuánta es la inquietud, que aqueja,
a quien no tener alma demuestra.
Cuánta es la perturbación, que afecta,
a quien sentimientos no manifiesta.
 
Grande es la hipocresía que despliega,
que el alma, de los que le oyen, se inquieta.
Y el ánimo se perturba ante su conducta,
cuando otras conductas, no le inquietan.
 
Destrozar la economía, no le perturba;
no saber reconstruirla, no le inquieta.
Por los muertos no reza, solos los sepulta
 
No quiere, ni sabe, crear riqueza,
solo la limosna de Europa espera.
Y al rey, de España, echar acecha.