Aprovechando la Pascua Militar, o sea, sin venir a cuento, la ministra de Defensa, Margarita Robles, volvió a soltar el latigillo sobre "las violaciones del derecho internacional en Gaza". Ahora bien, la muletilla debería haber ido acompañada de acusaciones concretas: ¿En que está violando Israel el derecho internacional? ¿Quién empezó esta masacre? Porque uno diría que fueron los palestinos quienes atacaron Israel: milicianos de Hamas saquearon, violaron, secuestraron y asesinaron a 1.300 judíos, hechos que seguramente no casarán con el derecho internacional, que todos sabemos de qué va y muy pocos lo que es. El derecho internacional, salvo como declaración de intenciones, apenas existe, está en mantillas, y lo poco que existe algunos países ni lo reconocen como tal. La actual arquitectura del derecho sigue enraizada, para bien y para mal, en la soberanía nacional.

Pero lo importante no es eso: lo importante es que Margarita Robles, una jurista a la que se suponía criterio propio e independencia de las consignas monclovitas, se ha convertido en un agente más de la servil propaganda sanchista, como casi todos sus compañeros de gabinete.

Para entendernos: una cosa es pedirle a Israel que trate de evitar la muerte de civiles, aunque es verdad que los palestinos utilizan a sus propios hijos como escudos y, otra cosa es hacerle culpable a la víctima de violar ese derecho internacional. 

Aquí el único que ha violentado, no sólo el casi inexistente derecho internacional, sino lo que es mucho más importante, la moral y la justicia, ha sido Hamás, con el segundo atentado terrorista más grave de la historia, después del de la Torres Gemelas. Tiene bemoles la copla de que la señora Robles invierta los hechos y coloque a Israel como violador del derecho internacional.