En el caso de Tapias, todo hay que decirlo, se trataba de un buen accionista, primero porque jugaba con dinero propio, arriesgaba, y segundo porque entraba en sectores difíciles, como las navieras o la conserveras
A los 84 años de edad ha fallecido Fernando Fernández-Tapias, quien llegó a ser uno de los hombres más ricos de España.
¿En qué se distingue un empresario de un accionista? Pues en que el empresario sí sabe qué hacer con el dinero que gana: reinvertirlo y aumentar su obra o meterse en nuevas aventuras. El accionista por contra, busca dónde gastar lo ganado y se topa conaquel problema que resumiera con brillantez el fallecido Fernando Fernán-Gómez: ¿qué se puede hacer con 10.000 millones que no se pueda hacer con 1.000?
El accionista dura menos que el empresario. En el caso de Tapias, todo hay que decirlo, se trataba de un buen accionista, primero porque jugaba con dinero propio, arriesgaba, y segundo porque entraba en sectores difíciles, como las navieras o la conserveras. Ahora bien, lo suyo no era la gestión, lo suyo era la plusvalía, a corto o a largo plazo, pero, ante todo, la plusvalía.
Descanse en paz.