No voy a citar ni un sólo nombre que ya saben ustedes de quién hablo. Todo los canales de TV con ganas de fastidiar a los católicos, la inmensa mayoría, se están hinchando de hablar de esa pobres monjas de Burgos y del majadero del presunto obispo que las lidera. 

Y así, con las pobres monjas de Burgos se burlan de la Iglesia pero a los retorcidos obispos alemanes, obispos de verdad, y que más que un minicisma burgalés se trata de una macroherejía sajona, les jalean para destruir a la Iglesia. 

Con la pobres monjas estafadas un sonrisa sarcástica pero ojo, mucho respeto con esos prelados teutones que están desafiando a Roma y prorrumpiendo en la más espantosas bestialidades, en un festival de orgullo que no parece acabar.

Tanto las unas como los otros sirven para atacar al Cuerpo Místico por dos vías. De burlas condescendientes la una, de retorcido intento de división la otra.